Sabemos que son numerosas las enfermedades que se trasmiten a través de la saliva de personas infectadas y que una recomendación para estas condiciones es no compartir vasos, cubiertos ni vajilla con otras personas, incluidos miembros de la familia, especialmente niños.
Por Susana Guevara A, MBA Consuhotel para Apetito
Aclaro que no soy profesional de la salud, pero posiblemente como yo, si debe elegir entre utilizar un vaso y cubiertos sin desinfectar utilizados previamente, por cientos de desconocidos con restos de saliva y otros desinfectados comeremos más tranquilos con los inocuos.
Comparto un ejemplo del abordaje de este tema en un país más desarrollado, concretamente Estados Unidos, en el cual basados en evidencia científica del Servicio de Sanidad, se emitió legislación desde los años 20. Prohibiendo el uso de vasos y vajilla de uso común sin desinfectar, en lugares públicos como trenes, restaurantes, hoteles, etc. Los diferentes estados a su vez, crearon normativas como la obligatoriedad de que los vasos de uso común deben ser desinfectados a una temperatura de 120 grados centígrados antes de ser reutilizados.
Es posible que esto haya sido el inicio de la abominable industria del desechable no biodegradable, pero también de otra verdadera solución como lo son las maquinas lavadoras de platos o lavavajillas.
En contraparte me parece que en Costa Rica, mas de100 años después de estas evidencias, aun nos tomamos a la ligera llevarnos a la boca vasos y cubiertos que apenas han sido mojados a nuestra vista y paciencia; con una esponja sucia, sumergida en un recipiente plástico donde yacen agua y restos de comida contaminados. En los que viven y proliferan miles de bacterias y hongos. Inclusive en sodas y cocinas a la vista, es práctica común ver a alguien “lavando” vajilla a mano “de aquella manera” , sin evidente desinfección.
Siendo tan numerosas las enfermedades a las que nos exponemos y tan comunes las afecciones como la bacteria helicobacter pylori ligada al cáncer gástrico, personalmente valoro y procuro la utilización de los trenes de lavado en los restaurantes de los hoteles.
A menor escala también, las maquinas lavavajillas logran una desinfección efectiva al llevar la cubertería, cristalería y vajilla a temperaturas mínimas de 60 °C, a la vez que ahorran agua, mucha mano de obra, electricidad y por supuesto tiempo. Ahorros importantes fácilmente comprobables de entre un 50% a 70%, inclusive en establecimientos pequeños de 30 habitaciones y servicios limitados de alimentación.
Existen en el país muy buenas opciones de alquiler de lavavajillas con todos los beneficios mencionados y espero que cada vez más nuestra industria, hoteles, establecimientos de alimentos y bebidas en general, adopten esta buena práctica. Me estoy planteando informar a los comensales en nuestros establecimientos, que aun los niños más pequeños, pueden comer con la tranquilidad de que todo ha sido debidamente desinfectado.
Susana Guevara A, MBA www. Consuhotel.com