Sweetwell es una innovadora empresa de endulzantes costarricense, que asumió la tarea de proporcionar algunos antojos favoritos con una increíble reducción calórica y a la vez satisfacer las necesidades de un grupo de consumidores que buscan cuidar su salud.
Con las bebidas instantáneas Sweetwell, para los cafeteros, Sweetwell le ofrece 2 sabores: Café cappuccino y Café con sabor crema irlandesa. Por otro lado, para los amantes de los chocolates, Sweetwell le tiene un cremoso Chocolate caliente sabor amaretto y Chocolate caliente clásico para los de gusto conservador.
Sweetwell es una marca diferente, su particular abordaje de los endulzantes sin calorías ha llamado la atención a otras marcas que tienen el mismo fin y ha demostrado de manera comprobable que si es posible incorporar un tono de voz propio y fresco a la presentación de una amplia variedad de productos derivados de los endulzantes, aunque este tema era considerado, hasta hace poco, tabú entre las góndolas de los supermercados.
La respuesta del consumidor no puede ser medida únicamente a través del enfoque cuantitativo, es necesario hacer referencia a una dimensión social, pues gracias a la preocupación por satisfacer las necesidades de la comunidad diabética y de un creciente grupo de consumidores costarricenses caracterizado por su adscripción a un estilo de vida saludable, Sweetwell se ha adjudicado su propio nicho alimentando la concientización del consumidor hacia una dieta cada vez más saludable, lejos del azúcar refinado y productos derivados.
Desde sus inicios, la empresa nacional Sweetwell ha trabajado en características intrínsecas del endulzante (fórmula creada y patentada en Bélgica, prebiótico, derivado de ingredientes naturales como los son el maíz, la remolacha y la endivia, ausencia completa de sabores amargos, con el índice glicémico más bajo del mercado…) y no conformándose con ello, ha diseñado todo un conjunto de artes lúdicos y atractivos, visualizando el empaque como el vehículo perfecto para transmitir al consumidor la filosofía de la empresa.
La experiencia del consumidor consciente y responsable en el supermercado se resume en un viaje sensorial que inicia por la vista, donde este juzga el producto por la primera impresión que le da el empaque, se concentra en la forma, los colores, la fuente y tamaño de las letras, las imágenes y fotografías, y finalmente se asegura de leer las pequeñas letras que esconden celosamente la información nutricional.
