Al cumplirse tres años de que un tribunal dictaminara ilegal la licencia de obras del hotel, la organización ecologista pide su demolición. Los ecologistas colocaron en el edificio pancartas gigantescas con las leyendas «demolición» y «hotel ilegal» como protesta por la construcción de un complejo que, según ellos, dispondrá de ocho hoteles, 1.500 apartamentos y un campo de golf. Entre tanto, otros grupos ecologistas, en sendas embarcaciones, se ubicaban ante la playa con banderas que llevaban un lema «Hotel Ilegal Demolición». El hotel se ubica en el Parque Natural del Cabo de Gata, y su construcción está paralizada. Los activistas ocuparon el piso siete del edificio, y según manifestaron los propietarios, esto pone en peligro la vida de los ecologistas, ya que el inmueble no es apto para ser habitado.