María Fernanda di Giacobbe: La historia de una mujer chocolatera venezolana ganadora del Basque Culinary
Por Gabriel Balbas
María Fernanda Di Giacobbe es un nombre que causa respeto dentro del mundo de la cocina en Venezuela. Catalogada como “La embajadora del cacao” es quizás el rostro más representativo de la chocolatería venezolana. Su carrera llegó a la cúspide entre bombones, trufas y tabletas, a través de la chocolatería KAKAO, actualmente una de las más prestigiosas de Caracas.
En 2016 María Fernanda tenía muchas razones para celebrar. La venezolana, victoriosa de una lucha contra el cáncer, recibía de manos del gobierno vasco el premio Basque Culinary; galardón que se otorga a destacadas personas de la gastronomía que logran un efecto transformador en la sociedad. Su esmero por el chocolate se veía recompensado.
Carcas, 1974
Con apenas 10 años, la pequeña María Fernanda descuidaba las tareas del colegio para inmiscuirse en la cocina del hogar. No se le podía culpar de su interés por los fogones, pues nació en lugar donde todos cocinaban. Creció envuelta por el aroma de las frutas en almíbar que en casa realizaban para la ejecución de diversos dulces. Aunque fue el asado negro, plato tradicional venezolano, el que la acerco definitivamente a la cocina.
Las finas técnicas de repostería las iría heredando con los años. Su mamá, doña Maruja, es una cocinera magistral. Progresivamente, María se contagió de la pasión por hacer postres diariamente; aprendió de su madre a preparar dulces, hornear tortas de novios, y desarrolló esa necesidad placentera de crear nuevas recetas.
El primer restaurante familiar
Lo que hasta ese entonces era un pasatiempo, se fue convirtiendo en un verdadero oficio con el que se sustentaba el hogar. María Fernanda ayudaba a doña Maruja a sacar la comida que, por encargos, pedían los primeros grupos de comensales. Esa cara de felicidad en los clientes fue el motor que la impulsó a montar un pequeño café, el cual terminó convirtiéndose en un restaurante de cocina criolla venezolana.
Los proyectos seguían apareciendo: La Paninoteca es uno de los locales que recuerda con cariño. Abrió cafés en el Ateneo de Caracas, en el Museo de Arte contemporáneo, entre otros 6 espacios gastroculturales.
Caracas, 2002 – Reinventarse en tiempos de crisis
En 2002 los venezolanos vivían tiempos de un paro cívico nacional. La familia Di Giacobbe no escapaba de la creciente crisis y golpes económicos, por lo que tomaron la difícil decisión de cerrar los restaurantes que habían logrado levantar a base de mucho esfuerzo.
María Fernanda se fue a España, y por allá se enamoró a primera vista de la chocolatería. La idea surgió cuando entró a una tienda y se topó con una fotografía de la iglesia de Chuao, un pueblo de tradición cacaotera de Venezuela ¿Y si hacemos bombones con cacao venezolano y los rellenamos con nuestros ingredientes, frutas, licores y recetas? Se imaginó Di Giacobbe para ese entonces.
Un sueño exitoso
Convencida de que “hay que ser flexible para no partirse”, María se devolvió a su tierra, esperanzada, optimista y con un nuevo proyecto. Los dulces criollos familiares fueron el inicio y los protagonistas en la investigación. Luego invitaría a Sumito Estévez (chef en televisión) a unirse a su invento; juntos practicaban la bombonería en el Instituto Culinario de Caracas.
Así fue como la chocolatería KAKAO fue tomando forma, creando un catálogo de sabores, abriendo la primera tienda en 2004, posicionándose en Caracas, y creciendo hasta llegar a alianzas con universidades y escuelas internacionales; además de sacar su libro “Cacao en Venezuela” para afianzar ese país soñado que, según María Fernanda, tendrá aroma a éxito y chocolate
Fotografías: Julio Osorio
Puede encontrar más información en https://cocoatown.com/maria-fernanda-di-giacobbe/
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