Asumiendo que las ventas se mantengan invariables, lo cual es muy conservador, los restaurantes posiblemente trasladarían los nuevos costos, generados por las cargas sociales en el cálculo de la propina como salario, lo cual implicaría un aumento de un 5% en los precios de sus servicios.
Al considerar la elevada elasticidad de la demanda percibida por los restaurantes, CACORE estima que el aumento requerido en los precios se ubicaría entre el 7% y el 9%.
De acuerdo con la metodología de cálculo del Índice de Precios al Consumidor, las comidas y bebidas fuera del hogar tienen una ponderación de 8,61% en la canasta de consumo.
Por lo tanto, la medida en cuestión provocaría un aumento en el índice de precios en un rango entre 0,60% y 0,77%. La inflación en los doce meses a abril es de 4,68%, por lo que el impacto representaría un incremento en el nivel de la inflación entre un 13% y un 17%.