Noviembre, 2012. En el marco de la 24ª Conferencia Internacional en Ciencias del Café, ASIC 2012, la cual se realiza en Costa Rica durante la presente semana, especialistas internacionales destacaron la incidencia que tiene el cambio climático para la caficultura, en especial en el norte de Centroamérica y en México.
De acuerdo con un estudio realizado en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y México, el efecto de los diversos cambios en el clima podría ser severo, sobre todo entre los campesinos con menos acceso a tecnologías, educación y nivel de organización.Durante la ponencia “Identificación de la vulnerabilidad de medios de subsistencia de los caficultores y desarrollo de estrategias de adaptación al cambio climático en Mesoamérica”, el investigador Peter Laderach, dijo que se validaron nueve indicadores para sensibilidad y once para capacidad de adaptación. Por medio de éstos, se identificó la vulnerabilidad para los caficultores en los cuatro países.
La producción de café es el principal soporte de miles de familias y el mayor contribuyente al Producto Interno Bruto agrícola de esas naciones centroamericanas, por lo tanto, las evaluaciones de vulnerabilidad ante el cambio climático, han sido de vital importancia para identificar estrategias de adaptación que sean adecuadas.
La alta exposición se definió como la pérdida de la visión de negocio o vulnerabilidad en la producción de café para el año 2.050. Las fincas cafetaleras perderán conveniencia entre 20-81% en El Salvador, 20-59% en Nicaragua, 24-47% en Guatemala y 25-45% en México.
Adicionalmente, en Nicaragua y México se identificó la migración como un elemento importante de afectación a la actividad cafetalera. Una característica común de todos los productores es la alta dependencia del café (50-55%), maíz y frijoles (20-30%) para obtener sus ingresos económicos.
Las familias de los cuatro países identificaron las siguientes estrategias de adaptación al cambio climático: conservación y planificación de manejo sostenible de los recursos, diversificación de cultivos en áreas con pérdida de conveniencia del negocio del café, aumento del nivel de acceso a educación y sensibilización de actores clave en conservación, fortalecimiento organizacional, capitación por medio de investigación de acción participativa y creación de programas de crédito financiero.
Recolección eficiente: mejor práctica contra la broca del café.
Como parte de las actividades durante la Conferencia ASIC, se dieron a conocer los resultados de una investigación realizada por diferentes instituciones de varios países, los cuales llegaron a la conclusión de que la recolección eficiente de los frutos de café infestados, que quedan después de la cosecha, es la práctica más importante del cultivo para el control de la broca del fruto del cafeto.
El científico Jacques Avelino, del Centro Agrícola Tropical de Investigación y Enseñanza, CATIE, en Turrialba, expuso el tema “Influencia relativa de factores de escala de parcela y territorio en la abundancia de la Broca del Café: un enfoque jerárquico de partición de variación”. Mediante su ponencia, explicó que los atributos del contexto del terreno explican la abundancia de la broca del café. Su baja contribución a la variación total de la abundancia de la plaga, sugiere que las prácticas de control a escala del terreno sólo deberían tener efectos leves en la abundancia de la plaga.
Por su parte, la investigadora colombiana Carmenza Góngora, del Centro Nacional de Investigaciones de Café, CENICAFE, Colombia, sugirió que el uso de Isopreno (compuesto orgánico usado en la industria) representa un compuesto con efectos tóxicos y repelentes, que pueden ser usados como parte de una estrategia novedosa para el control del insecto de la broca del fruto del cafeto. La experta destacó que la incidencia que el Isopreno tiene, se midió monitoreando el desarrollo del insecto desde el huevo, hasta el adulto, en dietas con café artificial, modificado con concentraciones cada vez más grandes de Isopreno.
De acuerdo con la científica, las concentraciones de Isopreno mayores a 25 ppm (partes por millón) provocaron mortalidad y retraso del desarrollo en todas las etapas del insecto, desde la etapa de larva, hasta las de adulto, así como la inhibición del proceso de muda de las larvas. Góngora también indicó que, en el futuro, verán la contribución de este elemento en la posible regulación térmica de la planta, en relación con el cambio climático para el control de la broca.
