Abogada,
especialista en Derecho Ambiental, profesora universitaria,
consultora ambiental y propietaria de Florex, empresa que fabrica y
distribuye productos de limpieza amigables al ambiente en Costa
Rica.
La
toma de conciencia sobre la grave situación ambiental que
hemos provocado con nuestras conductas, está permitiendo que
cada vez más empresas se interesen por el desarrollo
sostenible de sus negocios.
Dentro
del amplio margen de acción que abre ese concepto de
desarrollo sostenible, las empresas están cada vez más
compelidas a enfrentar el futuro adoptando innovadoras y oportunas
decisiones que implican una reorganización y nueva forma de
pensar.
De
ahí que una empresa que se proyecte en el tema ambiental, debe
redefinirse completamente. No se trata solo de maquillar
de ecológicos sus productos o servicios, sino de una forma
diferente de concebirse y proyectarse a la sociedad.
Además,
en un escenario donde existe una inminente contaminación
ambiental, cambio climático, incremento en los precios de
energía, agua y materia prima, la estrategia verde
de una empresa debe ser no sólo ecológica, sino de
responsabilidad humana, mediante una estrategia social.
Lo
anterior implica, y especialmente en el ámbito de la limpieza,
que la respuesta de una empresa debe ser integral, y considerar los
siguientes factores:
Re-pensar
el producto y sus funciones. Por ejemplo, el producto puede ser usado
más eficientemente de manera que reduzca el uso de energía
y otros recursos naturales.
Re-ducir
el consumo de energía y materiales a lo largo del ciclo de
vida del producto.
Re-emplazar
sustancias dañinas con alternativas ambientalmente más
amigables.
Re-ciclar.
Seleccionar materiales que pueden ser reciclados, y hacer el producto
de manera que pueda desensamblarse fácilmente para ser
reciclado.
Re-usar.
Diseñar el producto de manera que las partes puedan ser
reusadas.
Re-parar.
Hacer el producto fácil de reparar de manera que el producto
no requiera ser reemplazado.
Basados
en tales factores (filosofía de las 6 Re), la empresa que nos
oferta productos o servicios amigables al ambiente, debe haber
incorporado en su proceso productivo, el enfoque del proceso
de ciclo de vida de sus productos o servicios.
Este
nuevo enfoque, si está incorporado en la empresa, hace que la
misma cuide desde sus materias primas hasta los desechos finales una
vez que su servicio o producto esté circulando en el mercado.
Tal cuidado considerará tanto aspectos de precio, calidad,
como de sostenibilidad ambiental.
De
esta forma, el criterio para identificar productos realmente
amigables al ambiente, debe ir más allá del producto
mismo, y valorar si la empresa que lo fabrica o distribuye está
o no contribuyendo a la sostenibilidad, mediante el diseño
de productos y servicios con bajo impacto ambiental, abarcando todo
el ciclo de vida del producto (formulación, presentación,
distribución, almacenamiento y disposición final).
Lo
que debiera buscarse es lograr encadenamientos con empresas
responsables, extendiendo los beneficios del nuevo enfoque y
práctica a otras empresas que están realizando
esfuerzos para colocarse y mantenerse en nichos de mercado con altas
exigencias y regulaciones especiales.
Apetito 66/ agost-sept 2008
