En la Reserva Biológica Las Quebradas, ubicado a 8 kilómetros del centro de San Isidro del General, se hospedan hoy cientos de turistas nacionales y extranjeros amantes de los recursos naturales. Pero el proyecto nació como una alternativa para proteger la cuenca de 2,400 hectáreas que hay en la zona y que abastece de agua a los 60 mil habitantes de San Isidro del General, comentó Gilberth Fallas, miembro de la Junta Directiva del lugar y fundador.
La idea inicial fue crear un centro biológico cuya experiencia y conocimientos pudieran ser transmitidos a las personas de la zona y a otros que quisieran colaborar con el cuido de los recursos naturales. Esto para fomentar la conciencia en nacionales y extranjeros sobre el tema.
Pero el proyecto ha crecido tanto, que hoy ya se superaron los objetivos iniciales y el proyecto ha crecido más de lo que se pensó inicialmente.
Senderos poco tradicionales
Según Fallas, los senderos fueron creados de manera que no causaran impacto a la naturaleza y que además fueran agradables a la vista del ser humano. Por eso se hicieron cuatro distintos de modo que cada uno tiene una simbología diferente.
Están hechos en forma de animales, que era la manera en que Sibú, Dios de los indígenas concebía el mundo. De esta manera tanto La Quebrada, como La Catarata, Pico Soncho, Uña Tigre y Coyote, que todavía está en construcción, representan al mundo de diferentes maneras.
La longitud de los senderos va de los 500 a los 2,000 metros y en ellos se pueden observar aves, se puede visitar un mariposario, las fincas de productos orgánicos, plantaciones de café y dar paseos a caballo. Durante las caminatas también se pueden observar gran diversidad de musgos, bromelias, helechos arborescentes y orquídeas. Y los turistas gozan viendo mapachines y perezosos.
Antes muchas de las zonas eran un potrero y lo hemos ido regenerando con ayuda de la gente de la zona hasta lograr que ahora sea un bosque regenerado, argumentó Fallas.
Además un buen servicio
Algo muy importante para Fallas, a parte de los excelentes cuidados a la naturaleza que es su principal atractivo, es dar los servicios necesarios a los visitantes, como una buena señalización, servicios sanitarios a la mano, agua potable y alojamiento.
Además se imparten cursos y seminarios a escuelas, colegios, universidades o instituciones y empresas que quieren conocer más sobre el tema, o que aprovechan las instalaciones para impartir algún curso o charla, en medio del verdor del lugar.
Los lugareños están identificados con el proyecto al punto que las mismas señoras del área son quienes personalmente atienden la cocina y ofrecen comida típica como olla de carne, casados, biscochos, tamales, picadillos y otros.
Y otro grupo de mujeres aprovecha los conocimientos ofrecidos por el lugar para hacer café de primera calidad.
Con todo esto la Reserva Biológica Las Quebradas demuestra que se debe cuidar lo autóctono tanto por el bien de nuestro país como por el bien del turismo en general. A
