Hace una década se instaló en la península de Nicoya el Hotel Barceló Playa Tambor, revolucionando la industria hotelera con su "todo incluido".
No se puede negar que con la apertura, hace diez años, del hotel Tambor la industria hotelera ya no es la misma. El sistema "todo incluido" vino a revolucionar no sólo la hotelería tanto en nuestro país como en toda Centroamérica, sino también a mejorar el desarrollo de pueblos como Paquera, Tambor, Cóbano, Pochote e incluso la ciudad de Puntarenas.
"Antes de abrir el hotel Playa Tambor, no existía en nuestro país un resort que contara con el entretenimiento, la infraestructura y con la posibilidad de olvidarse de todo para disfrutar", comentó Doris Falconer, directora de prensa y relaciones públicas del grupo Barceló.
Construido con materiales importados y en un tiempo record de nueve meses, asombraron y cautivaron hasta los más incrédulos. Sus edificaciones son de dos pisos, lo que permite armonizar con la belleza escénica del terreno. Además, preocupado por no producir ningún tipo de contaminación que afectara la naturaleza, el hotel cuenta con los requerimientos indispensables como lagunas de descomposición, de tratamiento de desechos sólidos y líquidos.
Manteles largos y …
Para celebrar su aniversario, Tambor se vistió de fiesta. Según Antonio Mas, gerente general del hotel, han organizado muchas actividades y celebraciones. Destacan una cena de gala donde asistieron personalidades del gobierno y de la industria del turismo, así como el concurso de belleza Miss América Latina. Contaron también con actividades artísticas, donde vinieron escultores y pintores internacionales, además de desarrollar talleres de pintura en las escuelas del área.
"Nos hemos enfocado en la comunidad de diferente manera, porque el hecho de localizar el hotel en Tambor, implicó un desarrollo de los pueblos cercanos. Antes los locales tenían que salir al Valle Central o Puntarenas a buscar trabajo. Ahora la gente tiene la oportunidad de trabajar donde vive, han abierto negocios personales de souvenirs, restaurantes y algunos hoteles adicionales", comentó Falconer.
Don Antonio comenta que el éxito de su hotel se debe a que los clientes pueden suplir todas sus necesidades vacacionales sin necesidad de sacar la cartera. "Es esa despreocupación que surge cuando el cliente ingresa y se pone un brazalete y ya tiene todas las necesidades cubiertas. Obviamente, lo que permite el éxito a nivel de empresa es el control de costos", recalcó.
Y es que instalar un "todo incluido" no es cosa sencilla. Si bien es cierto que Barceló entro en Costa Rica y en Centroamérica con este sistema, ya contaba con la experiencia de República Dominicana. El Gerente recalca la importancia de "hacer mucho número y cálculos". "Hay gran cantidad de proveedores que nos tratan muy bien pues compramos muchísimo volumen. Al mismo tiempo tenemos la ventaja de que se ahorra personal porque no se necesitan cajeros. Por ejemplo, nosotros tenemos sólo uno en recepción".
Lealtad ante todo
Son muchos los huéspedes que han pasado por Tambor. Pero la gran mayoría quedan encantados con la idea de poder pedir lo que quieran, a la hora que quieran y cuando quieran. Disfrutan de sus instalaciones tanto familias enteras, como parejas de recién casados, grupos de estudiantes y adultos mayores. A los nacionales les seduce la idea de la comodidad y del entretenimiento, mientras que los extranjeros son llamados por la naturaleza y la fauna que tiene la Península.
Falconer y Mas coinciden en que existe una enorme lealtad por parte de sus huéspedes. "Muchos de los clientes vienen la primera vez con mucha ansiedad y desenfreno de que hay que arrasar con todo. Pero a medida que nos visitan esta percepción cambia o de lo contrario pasan con dolor de estómago", comentó con humor don Antonio. La clave es saber manejarlo para que no haya desperdicio. Lo que sobra se prepara para los empleados o se recicla en chancheras.
Falconer percibe que a la gente se le ha quitado el miedo de ir a Tambor, porque es un hotel accesible al costarricense. Las empresas lo usan como viajes de incentivos, de Navidad o paseos de fin de año. Se hacen ofertas y además hay financiamiento por parte de los bancos y de los clubes de viajes.
"La tarifa de los nacionales es mucho más cómoda que la del extranjero. En las épocas bajas, los hoteles compiten con las tarifas porque también hay que entender que la oferta es amplia. Es ahí donde el cliente se atreve y la ocupación del hotel llega a ser de hasta 70% de nacionales", aseguro Falconer.
Y si de personal se trata, Tambor cuenta con 375 personas para mantener, atender y cuidar el servicio del hotel, bares, restaurantes, jardines y las 402 habitaciones. Sin embargo, Mas asegura que para que el hotel sea rentable debe tener un mínimo de 350 a 400 huéspedes, pero esto varía según la temporada.
Aunque el hotel posee transporte para sus empleados, muchos de ellos residen allí, ya sea porque viven muy lejos o porque en los turnos en que les toca trabajar salen muy tarde.
Aunque los habitantes de los pueblos aledaños a Tambor trabajan en agricultura y ganadería, han visto en el hotel una fuente más de trabajo. Barceló ha invertido en capacitar a su personal, pues la mayoría son de la zona. "Tenemos generaciones de familias que trabajan con nosotros. A veces hasta tenemos diez miembros de la familia entre papás, hermanos, tíos y primos".
No hay duda que el Hotel Barceló Playa Tambor se ha posesionado fuertemente en la mente del tico. No sólo por su calidad, sino también por la estrategia de mercadeo.
Muchos celebran el 25 o 50 aniversario, que se dice ser de plata y de oro, respectivamente. Según los conocedores del tema, el décimo es de "estaño", ya que es el material que se asocia con la riqueza, el optimismo y la seguridad, cayendo como anillo al dedo para celebrar esta década de triunfo. ¡Felicidades playa Tambor! A