Química perfecta
La química entre Juliano Giuso, un italiano que anteriormente tenía un restaurante en San Carlos, Ricardo Monge y Olga Rodríguez, una pareja de químicos, se han convertido en la alianza perfecta.
La experiencia culinaria de Giuso y las bases de química de Monge los llevaron a aventurarse en la búsqueda de nuevas recetas para su menú.
El restaurante Al Molino abrió sus puertas el pasado 1º de mayo, y se encuentra ubicado 1,200 metros al sur de la iglesia de Escazú.
La reñida competencia de comida italiana en la zona, no ha sido obstáculo para que se llene a reventar, sobre todo los sábados por la noche, cuando los clientes también disfrutan de música en vivo.
Los propietarios aseguran que la principal estrategia para atraer clientes es la combinación de rica comida, excelente atención y precios bajos. Por ejemplo, una botella de vino italiano (de la Rioja), cuesta 3 mil colones con impuestos incluidos. A