Lo primero que hay que decir al respecto es que esta situación es la pesadilla de un hotelero por las muchas implicaciones que tiene, especialmente en cuanto a la imagen y seriedad de su hotel.
Lamentablemente, nadie está exento de situaciones imprevistas y fuera de su control y que de seguro, resultarán en una sobreventa en la que el último afectado resulta siendo el Señor Cliente.
Pero, como de todos modos, hay que afrontar este tipo de situaciones, lo primero que cualquier hotelero hace es asegurar suficientes cupos en un hotel alterno y observar en todo momento, los estándares de cada marca o cadena hotelera.
Luego, se analiza cada reserva detenidamente para establecer prioridades. La primera prioridad la tienen los clientes que hayan garantizado sus reservas.
Es importante tratar de ayudar también a quienes llegan con reservas no garantizadas, pero en tales casos, el compromiso es algo más limitado.
Lo que sigue en adelante es hacer un acercamiento muy positivo con los clientes que resulten afectados, para tratar de ganar su cooperación
eliminando situaciones de confrontación. Lo mejor es hablar claro, decir la vedad sobre la situación, y hacer lo necesario para minimizar las incomodidades que, la situación, de por si supone, además de cortesías comerciales y sobre todo, seguimiento al resto de la estadía del huésped para brindarle los servicios del hotel al día siguiente.
Cada situación es tan única y particular que no será fácil dictar una norma que de solución a todos los casos que se puedan presentar.
En la actualidad, el mercado mundial de consumo de vinos se encuentra en ascenso. Diversos estudios y mediciones estadísticas dan cuenta que el mercado ha experimentado cuatro etapas, desde 1965 a la fecha. La primer etapa es de franca expansión, la segunda (1975-84) de estancamiento, la tercera (1984-95) de disminución pronunciada en el consumo y una última a partir de 1995 de recuperación, con tendencia a la expansión.