La propina, es una jungla de reglas no
escritas y una ofensa en potencia, un tiquete a la humillación. Veamos cómo se manejan las propinas en diferentes países.
Por Nuria Mesalles
No se espera, ni es requerido. En Japón no hay propinas. Ni siquiera dejar unas monedas. La única posible excepción es cuando el turista se hospeda en un hotel y se le asigna una mucama especial para su estadía. Es normal, pagar la factura del bar o restaurante en la caja en vez de darle dinero al salonero. Es considerado poco cortés contar el cambio, luego de haber pagado la cuenta en una tienda o restaurante
En Singapur, dar propinas no es popular y está prohibido en el aeropuerto. El gobierno siente que dar propinas incentiva el mal comportamiento y la corrupción. Es usual que en este país la gente rechace una propina y diga
orgulloso: nosotros no recibimos propinas aquí .
A todos les gusta recibir propina, pero en Italia no esperan una de extraños. La filosofía italiana: ¿Cuál es el punto de dejarle propina a un extraño? Por ello tampoco esperan una ellos mismos. Entonces, ¿cuál es la propina que los italianos dejan en los restaurantes? Un poco de menudo, talvez un 1%. Jamás dejar 10 % a un salonero.
En Inglaterra, se acostumbra a dejar un 10% de la cuenta, no importa que tan grande sea.
¿Y en Francia? La palabra francesa para propina es pourboire, literalmente: por una bebida, que dice mucho de los orígenes de la propina en este país. Un 15% es automáticamente incluido en los menús de casi todos los restaurantes. Si el comensal desea demostrar su apreciación por un buen servicio, puede dejar un par de euros extra.
En Estados Unidos, algunos empleados son pagados con salario mínimo, y aquellos trabajando ilegalmente dependen completamente de las propinas. Es normal una propina de un mínimo de 15%, aunque un 20 ó 25% no es poco común. ¿Y si no se da propina? El resultado será un servidor furioso.
Las propinas en Grecia, son confusas para los visitantes. Los taxistas no la esperan, pero tampoco la rechazan. Hay un cargo oficial cobrado por cada pieza de equipaje transportada.
En los baños públicos, si el turista no da propina se queda sin papel higiénico ni jabón.
Dar propina en Mongolia no es una costumbre local. Pero con el crecimiento del turismo, los locales que trabajan en el sector turístico se están acostumbrando a ella. Algunos locales se sienten avergonzados de recibir grandes sumas de dinero de los extranjeros, por lo que se recomienda moderación, eso sí, acompañada de una gratitud muy expresiva.
Dar propina, es una parte integral de la vida del Sur de África, y se espera recibir propina por servicios que en otros países se toman por sentado. El 10% es el estándar para restaurantes, bartenders, taxistas, botones y guías turísticas.
Baksheesh es la palabra que todo turista debería aprender primero cuando viaja a Egipto. Quiere decir propina, y se usa bastante. Personas que atienden gasolineras, baños, teatros, la reciben. No se acostumbra dar mucho dinero, pequeñas cantidades bastará.
En Tailandia la práctica de la propina es muy poco usada, excepto para dejar unas cuantas monedas en el restaurante o taxi. Una minoría de tailandeses que trabajan con turistas no solo esperan propina, sino que además preguntan por ella. Esto no es el estilo tailandés y se considera poco apropiado. A los turistas se les recomienda sonreír e ignorar el comentario.
Los pequeños detalles en el servicio son los que realmente hacen la diferencia. El Centro de Investigación Hospitalaria Cornell University, ha hecho varios estudios que arrojan interesantes datos acerca de los hábitos del personal de servicio que pueden incrementar los porcentajes de propina. Aquí algunos de ellos:
Contacto: saloneros evidenciaron un incremento de un 11.8% a un 14.8% de la cuenta total, cuando tocaron levemente el hombro de su cliente.
Cuclillas: se encontró que los saloneros que se arrodillaron a la par de la mesa para tomar la orden o hablar con sus clientes, incrementaron sus propinas de un 14.9 a un 17.5%. Aparentemente, el contacto visual y la interacción cercana crean una más íntima conexión.
Dar dulces: Parece ser que dar un confite junto con la cuenta, aumenta la posibilidad de recibir más propina. Además, el estudio revela que depende de la manera en que se da el dulce, así se serán los resultados. El estudio hizo la siguiente prueba: el salonero dio personalmente un confite a cada comensal y luego espontáneamente ofreció una segunda ronda. Este método aumentó la propina en un ¡23% de la cuenta!
Ser colaborador: Los botones subieron sus propinas de $2.40 a $4.77, con solo dedicar unos minutos extra, explicando a los clientes cómo operar el control remoto, el aire acondicionado, abrir las cortinas y ofrecer llenar el pichel de hielo.
Estudio tomado de http://people.howstuffworks.com