Probablemente, uno de sus clientes, al terminar un almuerzo de negocios, decidió pagar la totalidad de la cuenta con tarjeta de crédito y resultó que, después de unas dos consultas, el dinero plástico fue rechazado.
Ante esta situación, es mejor hacer un alto en el camino. ¿Cómo se podría sentir este cliente cuando se le notifique, delante de sus invitados, que la tarjeta fue rechazada? ¿Cómo podría sentirse, cuando quizás minutos atrás firmó aquel negocio por el que había esperado tanto?
En estos casos, para no hacer pasar un mal rato a este cliente y evitar perderlo, una recomendación es enviar al salonero para que éste le indique que tiene una llamada y que por favor le acompañe o bien, que desean hacerle una consulta.
Luego del pretexto, se le puede indicar que la razón de llamarlo en privado es para hacerle ver que su tarjeta fue rechazada.
Poner en evidencia al cliente delante de sus acompañantes puede causar irremediablemente que éste no vuelva ni recomiende su negocio.
Recuerde que cuando se trata de negocios o placer, los clientes eligen los lugares donde se sientan mejor, aquellos que le propician un ambiente de confianza.
Obviamente, los pequeños detalles hacen la diferencia y con gestos de cortesía y de servicio de este tipo, sin duda generarán que los clientes regresen.