El maridaje. Un tema que hasta a conocedores inquieta; la relación óptima entre la bebida y la comida, parece ser todo un reto. Autor: Alejandro Redondo, Club de Catadores
Entendamos como bebida, cualquier acompañante líquido. Pensemos en alcohólicas como la cerveza, el vino, los destilados y no alcohólicas como un jugo de frutas, un café ó un té.
Hay 10 mandamientos que aplican a todos en general, y es lo que vamos a descubrir juntos.
Recordemos… No hay absolutos, solo algunas experiencias que contar.
Empezamos.
Decimo Mandamiento: Pensar siempre en todos los ingredientes del plato, para pensar en cual bebida elegir. Importante; puede existir más de una opción, no hay que limitarse, hay que descubrir.
Noveno Mandamiento: Igualar intensidades. Esto se refiere a balancear, equilibrar el peso, la potencia del plato y de la bebida. Platos ligeros, bebidas ligeras, platos intensos, bebidas intensas.
Octavo Mandamiento: El plato y la bebida deben ser consecuentes. Un gran plato merece una bebida de igual nivel, un plato sencillo, merece una bebida menos compleja.
Sétimo Mandamiento: Colores, sabores y texturas. No se puede pensar en maridar un plato con una bebida o viceversa, sin antes evaluar sus características cualitativas. Debe haber complicidad en ambos. Armonía.
Sexto Mandamiento: La grasa, un elemento determinante. Siempre hay que buscar equilibrar, para que sea placentera su presencia. Por lo tanto debemos pensar en bebidas intensas y con un nivel de acidez importante, para que controle o contrarreste su efecto.
Quinto Mandamiento: Los platos picantes, difíciles de maridar, pero no imposibles. Las cervezas le van muy bien.
Cuarto Mandamiento: La amalgama. Entender como los sabores y sensaciones se unen para crear una experiencia placentera.
Tercer Mandamiento: Dulces y salados. Los platos dulces van muy bien con bebidas dulces y con una acidez refrescante. Los salados, se contrastan con la acidez, se completan con las notas dulces.
Segundo Mandamiento: Maridajes regionales, se concibieron, nacieron, crecieron y se desarrollaron juntos; hoy son un clásico. No se complique, aplique.
Primer Mandamiento: En gustos no hay nada escrito. Disfrute, experimente, diviértase haciendo sus propias elecciones, sus propios mandamientos. El límite es su imaginación, su paladar.