Los turistas no se acostumbran a los huecos
Empezó su carrera profesional en Madrid, luego pasó 7 años en Venezuela, en la Isla de Margarita y en Caracas. Trabaja para la cadena Barceló desde 1989, donde inició como Maitre de Hotel en República Dominicana, ocupando diferentes puestos, hasta su actual cargo como Gerente General del Hotel Barceló Playa Langosta. Su especialidad es en Alimentos y Bebidas, y es uno de los énfasis que tiene su gestión.
¿Qué necesita Costa Rica para convertirse en un destino de preferencia?
– Costa Rica, si quiere tener un despegue en turismo, definitivamente tiene que mejorar infraestructura, carreteras, aeropuertos, servicios básicos como electricidad, agua, recolección de basura. El turista europeo y norteamericano no está acostumbrado a los huecos.
¿Cuál es la falta más grave del gobierno?
– Pagamos mucho impuesto, pero necesitamos que el gobierno tome acciones, el problema es que no estamos captando al cliente repetitivo, al igual que muchos países de la cuenca del caribe, como México y República Dominicana, que sí tienen alto índice de clientes repetitivos. La gente viene una vez, disfruta, es un país verde, el tico es amable, pero a la hora de elegir nuevamente un destino de vacaciones, no considera a Costa Rica, por la gran cantidad de problemas que deben enfrentar.
No quiero ser alarmista, pero también hay que enfatizar en el tema de seguridad. En el caso del hotel, se paga servicio privado de seguridad en la playa y en la calle de enfrente, pero es muy caro, y son áreas publicas, que deberían ser responsabilidad del gobierno, pero se asume por el bien de los clientes.
¿Cuál es su principal competencia?
– Por ahora somos el único hotel todo incluido en Tamarindo y Langosta, con un 80% de ocupación promedio, el 60% de clientes es de Estados Unidos, el 15% de Europa, y el 25% de Costa Rica y Centroamérica.
Sin embargo, los paquetes de todo incluido de San Andrés y Cartagena se han convertido en una competencia directa, no solo para hoteles de Guanacaste, sino para todo el país. Si queremos mantener un estándar de calidad no podemos competir con estas ofertas, por razones de costos.