Desde los años cuarenta la familia Cantillo Montero posee una hacienda ganadera de las más grandes y conocidas de San Carlos. Los Cantillo siempre albergaron en su casa de descanso a gran cantidad de familiares y amigos. Con el tiempo, el desarrollo turístico en esta zona aumentó y la familia comenzó a pensar en la posibilidad de convertirla en hotel. Así, a partir de 1992 se crea el hotel La Garza, donde los huéspedes pueden disfrutar de un ambiente familiar y de campo.
Piedra por piedra
La Garza es un lugar sencillo pero equipado con todas las comodidades. Su ubicación en plena llanura a sólo unos cuantos kilómetros de Ciudad Quesada, propicia un ambiente relajante y sosegado que invita al descanso. No obstante, San Carlos ofrece una gran diversidad de actividades que Esteban Elizondo, Gerente General, ha sabido aprovechar al máximo. Con sólo bajarse del carro, el viajero divisa su primera aventura: cruzar el río por un puente colgante. Entre la frondosa naturaleza se puede divisar una amplia casona, donde se ubican la recepción, el restaurante, el bar y la lavandería. La edificación, acogedora y confortable, se encuentra en medio de una extensión de tierra de alrededor de 600 hectáreas.
Cuenta Elizondo que al principio la hacienda era como un desierto. Poco a poco con mucho cariño y dedicación se comenzó a sembrar plantas y trazar varios senderos, los cuales son hoy, los que guían a los huéspedes hacia las doce habitaciones. Todas están equipadas con aire acondicionado y ventilador, dos camas, baños privados con agua caliente y teléfono. También tienen una amplia terraza con hamaca, donde se puede disfrutar del río y la naturaleza.
Por toda la propiedad se respira el mismo ambiente apacible y sereno, pues se abre a pleno campo. Al lado de la casona se encuentran las caballerizas, la lechería y la chanchería. Además, el visitante puede disfrutar de dos piscinas y un jacuzzi, pesca en el lago de tilapia, canchas deportivas, alquiler de caballos y un bosque primario de conservación de 180 hectáreas, el cual es uno de los pocos que quedan en la llanura húmeda. Su parte productiva está dedicada a los cultivos de palmito, caña, ganado de engorde y de leche.
Según Elizondo su mejor publicidad es la de sus clientes satisfechos por el servicio recibido. Sin embargo, para darse a conocer internacionalmente han aprovechado las guías turísticas y las agencias de turismo receptivas.
Cuando Esteban se proyecta a futuro, su visión no tiene limite. Sus ideas van desde aumentar la crianza de caballos hasta llegar a convertir el bosque en reserva privada. La idea es que el turista visite la reserva, camine por senderos y puentes colgantes guiados por personas expertas, comenta entusiasmado Elizondo.
Su proyecto más ambicioso es construir unas barracas con el fin de crear campamentos dirigidos tanto a niños costarricenses como extranjeros, donde puedan apreciar de cerca la naturaleza y la aventura.
Sin lugar a dudas, el trato hospitalario de su gente, la riqueza de la zona y ese estilo de vida que mira el campo con ojos respetuosos y admirados, son parte de los elementos de éxito del hotel La Garza.
Para los amantes de la aventura el hotel ofrece:
– Water Rafting,
– Canopy,
– Safari boat a Peñas Blancas,
– Caño Negro,
– Aguas termales,
– Volcán Arenal,
– Cavernas de Venado,
– Cataratas de Toro Amarillo,
– Lago arenal,
– Paseo en globo