En medio de una agenda bastante atareada, el reconocido hotelero y abogado, Gustavo Araya, quien lleva ocho años como director general del Wyndham, Hard Rock Café, Quattro y Sakura, se expresa un poco de los muchos cambios que transitan los negocios bajo su mando, la renuncia del actual subdirector y el rumbo de las nuevas implementaciones en el hotel.
Después de 11 años de ser parte del Hotel Wyndham Herradura, el director de mercadeo y ventas renunció recientemente a su puesto para encargarse de lleno de la gerencia general de un proyecto nuevo al que no podía dejar pasar. “Él contaba con el perfil perfecto para convertirse en el director corporativo de la empresa en los próximos años, llegó muy alto y salió por la puerta grande. Su repentina salida, hizo que adelantáramos algunos cambios en varios negocios bajo el hotel que hemos manejado como independientes… Afortunadamente ya contamos con la persona indicada que será la que lidere las estrategias en cada uno de estos negocios y que estaremos anunciando muy pronto”, agrega Araya.
Además de las numerosas variaciones en la mira, actualmente el hotel cuenta con un proyecto de renovación y remodelación en los que entran una construcción de 160 habitaciones, un complejo comercial y un área residencial que se encuentran en fase de diseño y financiamiento. El plan de expansión y crecimiento se llevará a cabo en las cuatro hectáreas ubicadas en la parte posterior del hotel, todo en virtud a extender más oportunidades y mejores comodidades a su próximo vecino, el Centro Internacional de Convenciones que será inaugurado en mes y medio, dos meses.
Gustavo, además de ser principal identidad ejecutiva de un amplio negocio familiar conocido como Bonanza S.A, no duda en caracterizar los factores indispensables para manejar una profesión tan delicada en la que se requiere una constante misión 24/7/365, siempre rescatando que es un negocio leal, apasionante y que se disfruta mucho.
Araya, con una extensa trayectoria pausada en abril del 2017 como presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH) y vicepresidente de la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), es un profesional que sabe escoger las batallas en un campo minado como lo es el servicio al cliente, sabiendo que el amor a lo que se hace, sacrificar los días importantes para preferir atender a ser atendido, el trabajo fuerte y la empatía, son solo algunos de los principales elementos requeridos en “el negocio de las sonrisas” -como él llama a su día-día- donde su instinto y experiencia han sabido tomar las mejores decisiones para mantener a flote y con brújula fija, un gran barco que no se detiene ante los retos y que no cuestiona izar las velas hasta lo más alto en busca de nuevos rumbos, los cuales lograrán atracar sin lugar a dudas en el ya muy conocido éxito.
