Si
señor un momentito por favor. Así respondió a
mi solicitud y
empezó
la espera, la larga espera por una respuesta clara, o si o no.
Esta
fue solo una de las ocasiones en que hemos oído de nuestros
proveedores,
clientes, amigos, conocidos o compañeros responder con un
talvez,
después, ahorita, voy a ver.
Todo
esto como para no decir no.
Demos
más valor al no, ahorra tiempo, es claro, y sobre todo denota
carácter
en nuestro interlocutor.
Vale
más un no a tiempo que un voy a ver que hago. Cuando alguien
dice
no,
se gana nuestro respeto, apreciamos su sinceridad y le tomamos más
confianza.
Así,
en nuestro diario quehacer distingamos a los que pueden decir no
y
que además ayuden a resolver nuestro problema.
Si
el restaurante está lleno y no podemos atender más
gente, es mejor
rechazar
a un cliente hoy y esperar a que vuelva mañana, que
ofrecerle
una experiencia negativa y que no vuelva. Pero ayudemos y
recomendemos
2 o 3 lugares cercanos donde pueda disfrutar de una cena
con
un nivel parecido a lo que busca en el nuestro.
Amigos,
espero que disfruten de esta edición y quedo a la espera de
sus
comentarios.
Karl
Hempel
Director
Apetito 66/ agost-set 2008