Vecinos de Tortuguero realizan feria de repostería artesanal caribeña
Limón, Costa Rica. Al son del calipso y de los juegos de dominó, cientos de personas -entre vecinos y turistas- degustaron los mejores postres en la Primera Feria de Repostería Caribeña, realizada en Tortuguero.
Los asistentes probaron y compraron cocadas, patí, plantintá, pan de negro, galletitas de jengibre o de coco, queque negro, acompañadas de bebidas como agua e sapo y zorryl.
Esta fue la primera exhibición realizada por los 70 participantes en el Curso de Repostería Caribeña, organizado por la Asociación de Desarrollo Integral (ADI), con ayuda del Ministerio de Trabajo, que subsidia a los estudiantes y el INTEC.
Adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos aprenden, desde febrero y hasta julio, los secretos de las mejores recetas de la zona para hornear y cocinar los postres que hicieron las delicias de sus ancestros.
“Escuchamos que el Ministerio de Trabajo ofrecía cursos para que las personas pudieran realizar sus emprendimientos, y estuvieran ocupadas durante la pandemia, además de recuperar la gastronomía caribeña.”
Así fue como ADI -cuenta Meybel Medina Hodgson, vicepresidenta- decidió promover este curso, y con la guía profesional de INTEC -un instituto de capacitación- iniciaron lecciones en el Salón Multiusos de Tortuguero.
Entre mesas, cacerolas, sartenes, hornos, picheles y cocinas los estudiantes asisten a clases en la mañana o en la tarde, de lunes a jueves; no solo para las lecciones de repostería, sino de habilidades blandas, empresariales y profesionales.
“Es algo diferente, las personas están motivadas, felices, señoras empoderadas porque aprenden a creer en ellas, saber que son diamantes en bruto, capaces de muchas cosas y se descubrieron a sí mismas” dijo Medina Hodgson.
Al final del curso los alumnos serán capaces de hornear: queque y pan de negro, galletitas de jengibre, coco y boat; patí, pan bon, plantintá, así como preparar bebidas tradicionales como wabul, agua e sapo y zorryl.