Con lineamientos de 1936 se regula la obtención de patentes para la apertura de bares. La Ley de Licores data de la década de los 30 y las reformas que se le han hecho son mínimas, lo que propicia un mercado negro para los dueños de patentes y grandes diferencias de trámites entre las Municipalidades.
Para regular esta situación, el diputado de Movimiento Libertario, Luis Antonio Barrantes, explicó que el partido presentó dos proyectos a la Asamblea Legislativa que buscan reformar esta ley, facilitar las actividades turísticas y promover el desarrollo comunal.
La postura del partido es que los establecimientos que venden licor son un motor para dinamizar la economía de ciertos cantones siempre y cuando la Municipalidad cobre el permiso. Se generan muchos negocios clandestinos por falta de patentes, por los que los Municipios no reciben nada, comentó Barrantes.
De aprobarse este proyecto, no habría límite en cantidad de patentes por cantón. Además, evitaría la herencia de estas licencias pues con el cierre de un establecimiento, vence el permiso y sólo los dueños de locales tendrían el derecho de obtener una patente, para evitar así el negocio de los alquileres. Estos dueños deberán pagar trimestralmente un 0.05% de sus ganancias al Municipio, presupuesto que será destinado a la cultura, el deporte, la recreación, la educación y las obras municipales del cantón.
Los empresarios Pablo Huertas Sánchez, dueño del Bar-Restaurante Terra Nova en Tibás y Maynor Ocampo Chévez, dueño de cuatro bares del centro comercial El Pueblo en Calle Blancos, coinciden en que el manejo actual de las patentes es pésimo y debe cambiar.
Alquilar las patentes es muy caro y arriesgado, porque la pueden quitar en cualquier momento y podríamos quedarnos sin negocio, comentó Ocampo. Ambos consideraron que los dueños de estos permisos deberían ser los propietarios de los establecimientos y así darle fin al negocio de los alquileres.
No obstante, en cuanto al proyecto de ley, argumentaron que la regulación ha de ser dura, pues no cualquiera debe abrir un local de venta de licor. Deberían hacer estudios exhaustivos de los proyectos que los comerciantes presentan para evitar cualquier situación anormal, adujo Huertas.
Necesidad de cambio
El alcalde de Moravia, Alejandro Hidalgo Carballo, manifestó la necesidad de cambiar la ley actual. Las pérdidas monetarias que le dejan los bares a la Municipalidad son muy altas. Lo que ingresa por concepto de patentes en un año es alrededor de ¢81.000, la misma suma que se gasta en una noche para un operativo de vigilancia en un bar, reafirmó Hidalgo.
En caso de que el proyecto se apruebe, es posible el aumento de bares. Ante esto, Barrantes aclaró que el incremento de estos locales no necesariamente aumentará el consumo de licor. Sin embargo, parte del plan es coordinar con el Ministerio de Educación y con el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) programas educacionales en centros educativos para prevenir el alcoholismo.
Para la Municipalidad de Moravia, sería un importante y necesario ingreso, aún cuando el alcalde es consciente que deberá tener más operativos de vigilancia. Si salimos avante con los operativos actuales cuando casi no ingresa dinero, creo que saldremos adelante en caso de tener más bares donde necesitan seguridad, porque ya nos estarían colaborando para costearlos, agregó.
Huertas y Ocampo saben que hay que darle oportunidad a los nuevos empresarios, aunque eso signifique más competencia para ellos. Nos llama a darle mejor calidad al cliente, no a asustarnos, comentó Huertas.