Según reporta la historia, los juegos de azar son tan antiguos como el hombre mismo. El casino, así como lo conocemos en la actualidad, tiene su origen en Europa. A Costa Rica llegó luego de que en Estados Unidos tomara gran auge, alrededor de 1855. Sin embargo, contrario a lo que ocurre en ese país norteamericano, aquí la industria no está regulada.
Un tema para tocar con pinzas
Quizá las ideas preconcebidas alrededor de los casinos y sus ambientes, hacen que sea un tema difícil de conversar. En muchos casos la información no está documentada y no todos los representantes acceden a hablar o a proporcionar datos de la industria.
Lo cierto es que las críticas y comentarios negativos de ciertos sectores de la sociedad dañan, en gran medida, la reputación de una actividad que en opinión del exdiputado Otto Guevara y el Movimiento Libertario- en caso de ser más libre se convertiría en una auténtica fuente de prosperidad nacional.
Con los libertarios coincide el Lic. Jorge Hidalgo, Presidente de la Asociación Nacional de Casinos y del Grupo Concorde, quien sostiene que los casinos son fuente importante de divisas y de empleo. Precisamente, fue él uno de los principales autores de la fallida Ley Reguladora de Casinos, que estuvo en el tapete legislativo y noticioso hace un par de años. Esta ley pretendió controlar la actividad y todo lo que gira a su alrededor. Por ejemplo, se sugirió un estudio exhaustivo de los antecedentes de propietarios y sus actividades. También se estipuló cláusulas acerca del horario, la prohibición de crédito al jugador y grabaciones 24 horas, entre otros aspectos.
Al parecer, el proyecto se presentó como estricto, pero no llegó a aprobarse. Esto, a pesar de que los primeros en mostrar interés por regular son los mismos dueños y directores de los centros de juego.
Nosotros como empresa estamos a favor de la regulación porque beneficia a la industria seria, señaló Berny Reyes, Gerente General del Casino Río Tranquilo, del Hotel Trip Corobicí.
Panorama legal: nada claro
Aunque no existe una ley reguladora, la operación de los casinos es supervisada por la Municipalidad de San José, a través de su Departamento de Patentes.
Al respecto, el Lic. Randall Salas, asesor legal de la entidad, expresó que en la actualidad los casinos están sujetos solamente a requisitos normales de patente e infraestructura. Tal situación se presenta porque la normativa en la materia es escasa. Por eso, para supervisar la actividad se recurre a varias leyes, promulgadas hace años.
Una de ellas es la Ley de Juegos, que data de 1922. Además, se utilizan la Ley de Máquinas y la Ley de Patentes.
En la actualidad, el trámite que debe realizar aquel que quiera abrir un casino en suelo costarricense se reduce a completar dos formularios que contienen ciertas peticiones de tipo estructural. La primera y más relevante es que deberá hacerlo en un hotel de tres o más estrellas. Lo anterior con el fin de que se establezca en un sitio que posea condiciones de nivel.
Según comentó el Lic. Salas la relación de la Municipalidad con sus patentados es muy buena, pero él también está a favor de un marco legal claro.
El camino regulador pareciera ser centro de unión entre las fuentes consultadas, pues todas coinciden en que es una necesidad que beneficia a todos los involucrados.
Es posible que de esta forma las objeciones y prejuicios también disminuyan en forma considerable para dar paso a nuevas perspectivas.
Tabú vs. ventajas
Los casinos son objeto de múltiples acusaciones, las cuales no están basadas en hechos comprobados. Prostitución, lavado de dinero, narcotráfico y evasión fiscal, son sólo algunos ejemplos. Sin embargo, como lo afirma el Movimiento Libertario, no existen pruebas ni estudios que demuestren estos cargos. Más bien, los centros de juego constituyen una ventaja para un país en vías de desarrollo. Desde luego, visto bajo un marco jurídico objetivo y que se apoye en el principio de la libre empresa.
Los 35 casinos que funcionan en Costa Rica, aproximadamente dan empleo a 2,500 personas. Representan un servicio para el turista nacional y extranjero, además contribuyen con el fisco ya que se ven obligados a rendir informes mensuales donde presentan los estados financieros.
Se trata pues, de una actividad de sano y estructurado entretenimiento, según la posición oficial del citado partido político.
Contrario a lo que algunos piensan, son pocas las veces en las que suceden eventos desagradables al interior de los casinos. Así lo sostienen representantes del Grupo Europa (que pidieron no publicar sus nombres), una de las empresas con mayor número de casinos en el país.
La seguridad es importante en cada uno de los locales, por lo que su manejo es reservado.
Los casinos normalmente tienen sus propios métodos de seguridad
ellos tienen que saber que está pasando en cada mesa, explicó Luis Herrera, director de la Escuela Técnica en la Industria de Casinos (ETIC).
Así las cosas, para los entrevistados la vida en un casino transcurre tranquila y amena en ambientes elegantes, dispuestos para la distracción del visitante. A ellos asisten los ciudadanos en completa libertad, a poner en práctica el juego que inspira y desencaja el pensamiento rígido: el juego mente, como cita una página de Internet dedicada a la actividad.
