Existe la noción totalmente equivocada del público de que la utilización de hormonas es parte integral de la producción de pollos. Una de las razones, es que los pollos de engorde crecen tan increíblemente rápido que, las personas que no están familiarizadas con la producción avícola, podrían muy bien suponer que se necesitan "balas mágicas".
Con el interés de refutar esta creencia, Nick Dale y Adam Davis, de la Universidad de Georgia, Estados Unidos, han escrito un artículo en el cual esgrimen seis razones sólidas, técnicamente fundamentadas, de por qué las hormonas no pueden ser, y de hecho, no son utilizadas en la producción avícola:
1. Las hormonas no son efectivas. La administración de hormonas de crecimiento no conduce a incrementar el crecimiento en las aves.
2. La administración es demasiado difícil. La hormona del crecimiento es una proteína, y como tal, si se consumiera oralmente se digeriría rápidamente. La investigación indica que la liberación de hormona de crecimiento natural en aves alcanza su pico cada 90 minutos. Esto implica que la única forma factible de suministrar efectivamente las hormonas sería a través de administración intravenosa frecuente, lo cual es imposible de hacer en la práctica.
3. Costo elevado. Debido a que la hormona de crecimiento para aves no se produce comercialmente, su costo sería extremadamente elevado. El costo de administrarla estaría muy por encima del valor del pollo mismo, lo cual no tiene ningún sentido comercial.
4. Impacto negativo en el rendimiento de las aves. El pollo moderno ha sido seleccionado genéticamente para crecer muy rápido. Todos nos hemos familiarizado con los casos de hombres jóvenes quiénes, al momento de entrar a la pubertad experimentan un pronunciado incremento en la velocidad de crecimiento, que es acompañado usualmente por una inflamación de las articulaciones y otros problemas. En las regiones tropicales, un incremento en la velocidad del crecimiento de los pollos casi seguramente aumentaría significativamente la velocidad de la mortalidad por calor.
5. ¿Y los esteroides anabólicos? El abuso ocasional de los esteroides anabólicos por los atletas está documentado periódicamente en la prensa. No hay ninguna duda que su uso conduce a incrementar la masa muscular. Sin embargo, este efecto en los atletas sólo es posible cuando el uso de esteroides se combina con entrenamiento físico riguroso, tal como el levantamiento de pesas. Lo que hace que el asunto de los esteroides sea aún menos probable es que la parte más valiosa de las aves – la pechuga – está compuesta de músculos utilizados para elevar y bajar las alas. Los pollos no han volado desde hace varios miles de años. Sin ejercicio… no hay beneficio de los esteroides anabólicos.
6. Las hormonas simplemente no se necesitan. Es muy fácil explicar el extremadamente rápido crecimiento de los pollos sin tener que recurrir a las hormonas. El reto para los productores avícolas es proveer concentrado de alta calidad (proteínas, vitaminas, minerales, etc.) y un ambiente saludable en las galeras, incluyendo aislante de techos, ventilación y números adecuados de comederos y bebederos para alcanzar el prodigioso potencial genético de los pollos. El crecimiento rápido de los pollos modernos es una consecuencia lógica de pequeñas mejoras en genética, nutrición, manejo y control de enfermedades.
Por lo tanto, los profesores Dale y Davis concluyen, las hormonas, simplemente, no son necesarias. A
