Por Alexandra Fritella
En la exclusiva tienda de vinos, Vinum Store, en Plaza Laureles, Revista Apetito tuvo el placer de conversar con el reconocido enólogo chileno, Javier Solari, quien es parte muy importante del equipo de una de las más prestigiosas casas de vino chilenas, Casillero del Diablo y Marques de Casa Concha, donde su trayectoria de diez años en la compañía, marca un antes y un después.
Administrar una empresa de esta magnitud, donde lo vinos se almacenan entre seis meses hasta los dos años, principalmente en barricas de 225 litros, y fudres de madera de 5 mil litros cada uno, requiere del consumo de un alto nivel de agua y electricidad, sus 13 bodegas a lo largo de Chile, están enfocadas en disminuir y cuidar al máximo estas dos importantes fuentes, como el implemento de luces led, el cual permitió que el consumo eléctrico bajara más de la mitad en todas sus instalaciones vinícolas, además de que todas las inversiones que se están realizando en las bodegas son para disminuir el agua por botella de vino.
En todos los viñedos de la compañía, buscan que los proveedores tanto de cartón, de uva, de etiquetas, así como los de equipamiento, colaboren con la iniciativa y les ayuden a bajar tanto la huella de agua como de carbono. Recientemente se llevó a cabo una inversión drástica cambiándose a las botellas Eco Glass, las cuales son más livianas, se gasta menos vidrio, pero también consume menos carbono en el transporte porque se requiere menos energía para moverla; al tener un peso ligero, el trabajador hace menos esfuerzo en alzar una caja.
“Hubo todo un desarrollo técnico porque además tenía que ser una botella que aguantara el vino, al principio las botellas se deshacían porque no soportaban las temperaturas ni el peso del líquido. Todo fue un desarrollo para poder llegar a la botella más liviana”, comenta Solari.
En Concha y Toro, hace alrededor de cinco años que estas prácticas ambientales están presentes en la empresa. La compañía es muy responsable con su objetivo, ya que de 11 mil hectáreas alrededor del mundo, 3 mil son de bosque nativo mediterráneo, las cuales se encuentran catastradas para cuidar la biodiversidad, las plantas y los animales. Siendo una de las casas de vino más importante de Chile, los estándares son muy altos y estrictos.
Habiendo estado 100 años en la industria, la filosofía primordial de Concha y Toro es devolverle a la tierra lo que ella da, cumpliendo con las normas, cuidando la naturaleza, reutilizando los recursos e invirtiendo de una manera más responsable para generar vinos de la manera más saludable y así pretender estar en el mercado por 100 más.
Javier Solari, enólogo de Concha y Toro y Christian Dropp, Gerente Centroamericano.