Livianos, consistentes, con refuerzos en los bordes, tejidos diferentes, y una combinación que permite un máximo de 20% poliéster y 80% algodón. Estos son algunos de los requisitos mínimos de calidad que deben cumplir los paños hoteleros, a diferencia de los de uso doméstico.
María Clara Helo, Gerente de Cazucá, empresa distribuidora de productos hoteleros, asegura que no siempre los administradores de hoteles reconocen la diferencia entre un paño hotelero y uno corriente. Ella señala que una tendencia común es el creer que un paño para ser bueno tiene que ser pesado, cuando por el contrario debe ser liviano, ya que al estar mojado duplica su peso, por lo que no sólo hace más incómoda su manipulación sino que también daña los equipos de lavandería de los hoteles.
Cazucá lleva siete años como representante en Costa Rica de la empresa colombiana Tocaz, fabricante de paños hoteleros y otros productos especializados para esta industria.
Helo considera que el reto más grande es el de cambiar la mentalidad de los empresarios.
Prefieren pagar unos centavos de dólar menos, desde luego que el precio entre un paño hotelero y uno para el hogar es diferente, porque también la calidad es diferente. No es lo mismo un paño hotelero que uno doméstico. A