Los hoteles deben pensar en fomentar dos aspectos que en el pasado se
percibían como excluyentes; por un lado deben garantizar la comodidad del
huésped y por otro optimizar el uso de recursos para procurar ahorros en la
operación.
Este último punto no sólo involucra menos egresos de dinero de la
administración, sino una conciencia y demostración al público del compromiso
con el ambiente.
Además, en otros frentes se dan ahorros por manejo de desechos y reciclaje.
Esas tendencias han hecho que, al menos en países como Estados Unidos, se
hable ahora de Edificios Verdes (Green Buildings), que podríamos concebir mejor
como Edificios Ecológicos, que viene a extender la definición de Edificio
Inteligente. Entonces hablamos de Invertir en sistemas o equipos que fomenten
el ahorro energético, más que Gastar. Si tratamos sobre edificios u hoteles
nuevos, podemos partir de un diseño Amigable con el ambiente. Los principales
beneficios económicos de un diseño ecológico son:
Menores costos de construcción. Se reducen la preparación y paisajismo
del lugar. Menores costos de tratamiento de deshechos. Reducción de costos
operativos. Costos de mantenimiento menores. Disminución de consumo
energético. Ambientes más productivos. Mayor atracción y retención de
empleados e inquilinos. Menos ausentismo. Mayor productividad. Mayor
valor del inmueble. Regla de dedo: divida la reducción anual en costos de
operación por 10% para calcular el incremento en el valor del edificio. Mayor
potencial de mercadeo. Reducción de gastos en seguros y riesgos. Huéspedes
saludables = huéspedes satisfechos. Menor impacto ambiental.
Ya en hoteles existentes algunas alternativas pueden ser:
adquirir equipos ahorradores de energía, equipos de aire acondicionado o
motores que tienen mayor eficiencia (aprovechan mejor la energía eléctrica que
consumen para entregarla como energía mecánica), por lo tanto para una misma
capacidad mecánica utilizan menos
corriente eléctrica.
Integrar y automatizar diferentes operaciones del hotel: la automatización permite utilizar horarios
de operación o manejar modos de ocupación y desocupación. De esta manera evitamos que los equipos
permanezcan encendidos innecesariamente (cuando no hay gente trabajando, un
salón de reuniones o eventos está vacío, o un restaurante o tienda está
cerrado). Además la integración permite
también que distintos equipos trabajen en conjunto para administrar las cargas
eléctricas, por ejemplo: si un equipo de aire acondicionado no está trabajando
porque su horario así lo indica, puede asociarse dicho equipo a la iluminación
de la misma área para que tampoco se encienda.
Usar fuentes alternativas de energía: el manejo de desechos puede asociarse a la producción de energía en
aplicaciones de escala mediana y grande. Además opciones como el uso de paneles solares pueden aplicarse en
algunos casos específicos como alternativa a la energía tradicional.
Mismo efecto
Reemplazar focos incandescentes por otras tecnologías (L.E.D. o
fluorescente): en algunos tipos de
luminarias puede aplicarse la tecnología de LEDs, que consiste en múltiples
bombillas pequeñas, que en conjunto producen el mismo efecto que una
incandescente con menor consumo, además de que su reemplazo es más barato. El uso de fluorescentes de bajo consumo que
producen la misma cantidad de iluminación que un foco incandescente es una de
las alternativas más utilizadas actualmente, por su facilidad de implementación
pues simplemente se sustituyen los bombillos sin necesidad de agregar cableado,
software o equipos adicionales (puede hacerlo el mismo personal de
mantenimiento).
Educar al personal y huéspedes: la parte
operativa de cualquier plan de ahorro energético puede hacerlo exitoso o
determinar su ineficacia. Establecer una
cultura de ahorro de energía entre los empleados, mediante capacitaciones y
charlas periódicas sobre el uso de los activos y recursos es indispensable para
garantizar el cumplimiento de metas. Además
un empleado bien educado en esa área y una buena estrategia de comunicación a
los clientes lograrán que esa cultura sea permeada hacia los huéspedes, de
manera que se sientan complacidos, en lugar de obligados por ayudar.