CouchSurfing es un movimiento de hospedaje sin cargo y en línea, que consiste en un intercambio de «sillones o camas», en donde sus miembros ofrecen hospedaje en sus casas y a su vez tienen acceso a hospedaje gratuito en cualquier parte del mundo.Concretamente el couchsurfing es un sistema de hospitalidad mundial que brinda alojamiento gratuito en todo el mundo ofrecido por sus adherentes. Puede ser en una habitación de huéspedes o también en un sillón, de allí su nombre.
Los interesados se suscriben a las páginas y ofrecen alojamiento en su casa o lo solicitan en el lugar al que viajarán. Claro, ser huésped implica familiarizarse con las actividades de la casa y participar de la cotidianidad de su anfitrión. Así lo exponen claramente en la web “no se trata sólo de encontrar alojamiento gratis en todo el mundo; se trata de participar en la creación de un mundo mejor”.
Personas de muchos países colaboran con la organización en sus ciudades natales. Estos voluntarios trabajan desde su casa y están comprometidos en ayudar para lograr que su comunidad de CouchSurfing sea cada vez mejor a fin de que se incremente la participación en el sitio.
El tema de la seguridad es muy relevante ya que se trata de dormir con un desconocido, en su casa o en la propia. Aunque vía web se hayan establecido contactos previos y se hayan leído los comentarios de la gente que conocen al futuro anfitrión o huésped, pueden existir riesgos. Para evitarlos se aplican varias medidas de cuidado.
Es decir que cada usuario está vinculado a los otros usuarios del sistema a través de una red de vínculos de amistad y de referencias que sirven para dar fe. Además los voluntarios en cada destino se encargan de verificar la identidad de los miembros y la dirección. Una vez terminado este proceso, el perfil del usuario se ve en la web como verificado.
¿Cómo nació?
Hace unos años Casey Fenton compró un pasaje aéreo low cost para visitar Islandia durante un fin de semana largo. Tras esto se le ocurrió la idea de escribir un e mail a más de 1.500 estudiantes de Reykjavik, la capital de ese país, preguntándoles si alguien podía ofrecerle alojamiento, aunque más no fuera en un sofá.
De esta desinhibida manera encontró a varios islandeses dispuestos a abrir las puertas de sus casas y a mostrarle su ciudad. Después de esta exitosa experiencia decidió que ya nunca más utilizaría hoteles en sus viajes.
Fue así como, junto con otros tres amigos, fundaron la organización sin fines de lucro Coach.Surfing.
Pese a lo atractivo que pueda ser el alojamiento gratuito, conlleva algunos riesgos y bueno, los sillones no siempre son tan cómodos…