Actualmente Costa Rica es un destino conocido y apetecido en diversas naciones alrededor del mundo, por sus playas y vegetación, entre otros. Esto ha contribuido al crecimiento de la actividad.
Sin embargo, meses atrás se supo que un grupo de estadounidenses nos visitaron en busca de turismo sexual. Ante dicho acontecimiento cabe preguntarse si ¿pueden evitar los hoteleros el turismo sexual?
Allan Ortega, Gerente de
Ventas del Hotel Parador en Manuel Antonio, opina que los hoteles si quieren, pueden evitarlo capacitando al personal de los diferentes departamentos para estar en alerta las 24 horas.
Según comentó, con mucha discreción hay que aprender a reconocer situaciones sospechosas; por ejemplo si un cliente llega solo o con un grupo de hombres, hay que ponerle atención a todos sus movimientos.
Nuestro hotel ha adoptado la política de no permitir este tipo de turismo e incluso hemos llevado a cabo una campaña enviando comunicados escritos a las agencias dando a conocer nuestra posición: No aceptamos el turismo sexual, agregó.
Por su parte, Antonio Camino, Director del Hotel Barceló Playa Langosta en Tamarindo, considera que el turismo sexual es un problema que existe en todos los países y en todas las épocas porque alguien lo demanda y lo consume. Uno de los principales problemas es una muy mala imagen del destino turístico y la negativa posterior de muchos turistas a frecuentar ese lugar de deteriorado renombre y prestigio. También el país queda marcado en la memoria como sexual, de drogas u otra cosa que destaque como negativa.
Según comentó, los hoteleros deben apoyar cualquier normativa y decisión que restrinja que un bar, restaurante u hotel se convierta en centro sexual y seleccionar su clientela o invitar a abandonar a clientes de dudosa reputación. Aunque al principio se crea que se pierde dinero, a mediano plazo se ganan mucho más.
Está muy claro que si se marca nuestro destino como sexual, perderemos mucho más que un boom de una temporada y en realidad lo que todos deseamos son temporadas altas todo el año con clientes que valoren los servicios, infraestructuras, ocio y extrema calidad. Por prostitución, nunca seremos números uno, concluyó.
Johnny Muñoz, Gerente de Operaciones del Hotel Jacó Fiesta, considera que una de las formas de evitar el turismo sexual es ejerciendo un control de la gente que ingresa al hotel para no permitir la entrada a personas que se dedican a dicho mercado. Por ejemplo, no permitimos el ingreso de personas que no estén registradas en el hotel y contamos con un sistema de seguridad muy bueno y hasta el momento no nos ha fallado, explicó.
No obstante, aseguró que se trata de un problema difícil de erradicar pero no imposible.
Luis Carlos Masís de la Cámara Costarricense de Hoteles asegura que es un problema difícil pero se puede trabajar en él para evitarlo.
De hecho, la Cámara lucha en contra de la comercialización sexual específicamente de menores, lo cual representa un problema aún más grave.
En una campaña junto a Paniamor, se está divulgando en los hoteles un código de conducta que se debe seguir para evitar a toda costa que sucedan situaciones de este tipo. Los hoteles que se acogen al código de conducta deben comprometerse a llevar a cabo ciertas medidas para detectar casos sospechosos y para saber la forma adecuada de actuar.
La campaña empezó en hoteles de San José pero la idea es extenderla a todo el país. A