Para nadie es un secreto que el Turismo ocupa un papel de gran importancia en la economía costarricense. Según datos del Banco Central, durante el año 2001- sólo por concepto de ingreso de turistas extranjeros- se recaudaron 1, 200 millones de colones. Y como es de esperar, el segmento ha crecido día con día sorteando las dificultades. Paralelo a su desarrollo, en los últimos años también se incrementó la oferta de carreras o cursos cortos relacionados con la actividad. Ante tal situación, los diferentes centros de estudio que ofrecen el énfasis combinan ciertas estrategias diferenciadoras.
El resultado: una oferta variada para todos los gustos y presupuestos.
Carrera ágil y promisoria
La carrera de Turismo y Hotelería se brinda en algunas ocasiones por separado. En otras, el plan de estudios se propone como un binomio que agrupa ambas especialidades. Este es el caso de la UCEM (Universidad de Ciencias Empresariales). Para Luimar Tejada, Directora de la carrera, la principal ventaja de ofrecer el programa como un todo radica en brindar un servicio integral.
El graduado de la UCEM va a ser una persona preparada
va a tener muchos conocimientos y va a poder manejarse en cualquier área.
Caso contrario es el de la Universidad Interamericana. Esta casa de enseñanza ofrece un Bachillerato en Administración Hotelera. Para Pilar Urrutia, Directora de la carrera, esta universidad vino a llenar un vacío en cuanto al tema de la hotelería.
Se las da la oportunidad de acceder a una formación completa, señaló al referirse a la preparación de los estudiantes.
La carrera de Turismo y Hotelería, desde el punto de vista por donde se mire, es corta y asegura una pronto inserción del graduado al mercado laboral. El tiempo a invertir es de mínimo dos años y máximo tres años y medio. Al término de los estudios, la colocación es casi inmediata:
Mientras están haciendo sus prácticas los contratan. El apoyo del sector ha sido muy bueno, aseguró Pilar Urrutia y agregó que en Hotelería el estudiante sabe que tiene trabajo.
Con esta opinión coincide Luimar Tejada, al asegurar que ellos pueden trabajar en muchas áreas como hoteles, agencias de viajes, rent a car, alimentos y bebidas, en general no se limita. Además, el Bachillerato en Turismo les permite optar en el Ministerio de Educación por plazas para dar clases de turismo en los colegios académicos.
Eduardo Araya, Jefe del Núcleo de Turismo del INA, también confirma el poco desempleo. El 90% de nuestros estudiantes se queda trabajando en el lugar donde realizan sus prácticas, afirmó.
El caso del INA es particular pues la Institución ofrece cursos de pocos meses orientados a diplomas técnicos. En este sentido la formación se enfoca a oficios como el de cocinero, recepcionista, camarero, ama de llaves, guía de turismo, etc. Se trata de una opción diferente, que se cataloga distinto a la educación universitaria, pero que se integra totalmente al panorama de la formación en el área del turismo.
Docentes y convenios: una llave a la excelencia
La experiencia y el conocimiento son los dos criterios a la hora de elegir al personal docente.
El INA tiene un proceso de selección a través de licitación. Luego el núcleo realiza una valoración de los profesionales y determina si esa persona está en condiciones metodológicas o técnicas para realizar los programas, explicó Eduardo Araya.
Así, la experiencia es fundamental pero se complementa con la formación académica. Al respecto, Pilar Urrutia comentó que por más que la carrera sea muy empírica el hotelero nacional es muy empírico dado que antes no existía la carrera- nuestros profesores tienen grados académicos de licenciatura o maestría.
En su búsqueda de la excelencia, quienes forman a los futuros profesionales del turismo también valoran el roce con empresas hoteleras y afines. Para ellos el beneficio se traduce en una frase: calidad.
Por ejemplo, el Núcleo de Turismo del INA nace, hace aproximadamente veinte años, en el contexto de la cooperación española. Hoy, sus instructores de cocina son acreditados por la WASS (Asociación Mundial de Arte Culinario) y sus profesores reciben capacitación periódica con la CESO (un grupo de profesionales canadienses que brinda capacitación técnica).
Por su parte, la Universidad Interamericana posee un convenio de exclusividad con Le Cordon Bleu. Los chefs de esta renombrada escuela culinaria, de origen francés, cada cuatrimestre vienen a Costa Rica. Su estadía se prolonga varias semanas, tiempo en el cual comparten conocimientos y supervisan a los estudiantes personalmente.
La UCEM, como universidad joven, se integra a esta búsqueda de alianzas con gran apertura. Según expresó Luimar Tejada, la presencia de algún tipo de convenio como con alguna empresa de alimentos- sería beneficioso pues por el momento no cuentan con instalaciones. Sin embargo, se realizan esfuerzos como el proceso de enriquecimiento recíproco entre los alumnos y las empresas.
La conciencia de brindar una formación acorde a las necesidades del mercado es una constante en las palabras de todos los entrevistados. Y ante el crecimiento de esta industria sin chimeneas la apertura de nuevas carreras o énfasis es predecible. El reto será continuar trabajando como hasta ahora, en contacto directo con las compañías que conforman el sector. Un sector que en la actualidad constituye la principal fuente de divisas para Costa Rica.
La práctica
hace al maestro
Esta frase se hace patente en el caso de quien estudia esta ocupación. Desde el inicio, en cualquier universidad o instituto, la práctica es prioridad y gana a la teoría.
Muestra de ello: algunos centros de enseñanza poseen sus propios laboratorios, que son verdaderos mini-hoteles. Tal es el caso de la Universidad Interamericana y del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Además de iniciar experimentando en las instalaciones, el graduando debe realizar una práctica profesional al término del proceso de estudio. En el caso de la Interamericana ésta es de cuatro meses, el objetivo es que el estudiante pase por todos los departamentos durante ese tiempo, explicó Pilar Urrutia.
La UCEM está por iniciar, en un corto plazo, un programa similar como requisito para graduarse. Actualmente, durante la carrera, los alumnos realizan giras a distintos hoteles y a través del contacto ponen en práctica sus destrezas en ambientes reales.
Para el INA la práctica también es fundamental. Aunque el proceso de formación es práctico en un 90%, los estudiantes tienen que realizar una práctica final de un mes a mes y medio en el área en el que se capacitaron, manifestó Eduardo Araya.