Los efectos del alcohol han sido conocidos en la sociedad humana por miles de años. Sin embargo, para nadie es un secreto que tomar alcohol en moderación relaja, reduce las inhibiciones y promueve la interacción social en las personas. Es por esto, que el buen consumo de alcohol puede ser compatible con la buena salud.
Cuando vamos al médico y le hacemos la famosa pregunta: ¿Puedo tomar licor? Probablemente le responda que moderadamente. El termino moderación es muy importante en la descripción del uso del alcohol. Primero, un trago de cualquier bebida alcohólica se deriva de _ onza de etanol puro, es decir, en términos prácticos es:
12 onzas de cerveza
3 ó 4 onzas de vino.
1 onza de licor como el whisky, ron y vodka
Segundo, ya que todas las personas difieren de los niveles de tolerancia de alcohol, podemos definir un consumo aceptable como no más de dos tragos por día para un hombre con estatura normal y no más de un trago por dia para una mujer promedio. Sin embargo, la cantidad saludable y segura que una persona puede tomar dependerá fuertemente de su condición, género, peso, condición de salud, edad e historial familiar.
Brebaje nutricional
La cerveza tomada en cantidades apropiadas puede suministrar al consumidor diversos ingredientes con interesantes propiedades refrescantes, nutritivas y funcionales para su salud. Es decir, constituyen un complemento importante de la dieta. Si acompañamos nuestro almuerzo ó la cena con una buena cerveza, ayudará a aumentar el nivel de satisfacción y contribuirá a la relajación necesaria para una buena digestión.
Además la cerveza tiene un importante aporte vitamínico, ya que el consumo de un tercio aporta un 10% de fósforo y vitaminas solubles del grupo B, importantes para el equilibrio nervioso. Dentro del grupo de vitaminas que encontramos en la cerveza se encuentran la riboflavina, piridoxina, niacina, tiamina, folatos y sobre todo el ácido fólico. Esta buena vitamina llamada ácido fólico se encuentra en gran parte de los cereales. Los glóbulos rojos necesitan de ella para formarse, y a todos nos hace falta para evitar, por ejemplo, la anemia y malformaciones en la médula espinal.
Numerosos estudios han demostrado que un consumo moderado de alcohol eleva los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL), mejor conocido como colesterol del bueno, por lo que se asocia a una disminución en el riesgo de enfermedades cardiovasculares tanto en hombres como en mujeres. Además, la cerveza contiene polifenoles, los cuales son antioxidantes naturales, elementos principales para prevenir enfermedades del corazón.
Desde el momento que consumimos una cerveza, el cuerpo la trata con especial privilegio. Las pequeñas moléculas de alcohol son absorbidas rápidamente. Cerca del 20% de ellas se absorben en las paredes estomacales, especialmente si este esta vacío. En consecuencia la persona puede llegar a sentir inmediatamente su efecto. Sin embargo, cuando el estomago esta lleno de comida, las moléculas de alcohol tiene menos oportunidad de tocar las paredes, por lo que se retarda su acción. Con esto llegamos a una conclusión, lo más importante es combinar la cerveza con una buena comida.
Las reuniones sociales ofrecen a las personas la oportunidad de compartir una buena conversación, apetitosa comida y bebidas. Muchas veces las bebidas que allí se ofrecen son alcohólicas. Para aquellas personas que desean manejar las relaciones sociales con un nivel de alcohol saludable y seguro, se recomienda espaciar las tomas, ya que en promedio se requiere alrededor de una hora y media en metabolizar un trago. También puede acompañar la cerveza con comidas ricas en carbohidratos, ya que estos retardan la absorción del alcohol. Las comidas ricas en grasas retardan la peristalsis por lo que mantiene el alcohol en el estomago por mas tiempo.
