Muchos las catalogan como una forma de ganar prestigio, posicionamiento en el mercado y por supuesto la oportunidad de incursionar en un negocio rentable. Sin embargo, para los dueños de franquicias las cosas no son tan fáciles ya que para lograr la predilección de sus clientes tienen que batallar con la competencia, que cada día es más fuerte, así como mantener los estándares de calidad que una marca internacional exige.
Para algunos de los consultados, el éxito está en mantener siempre el estándar de calidad en las comidas, de manera que sin importar el restaurante que se visite, todas las normas, novedades y sabores siempre son iguales
Para Javier Pacheco, propietario de Il Gatto, entre las ventajas de poseer una franquicia está el contar con un concepto que ya está probado, lo que no implica un riesgo. En nuestro caso, es una franquicia que tiene 20 años de fundada en Latinoamérica y eso garantiza aún más el éxito.
La decoración, la estructura de los menús, los ingredientes, entre otras cosas, debe ser igual en todos los puntos.
A la hora de iniciar con una franquicia, la casa matriz brinda procedimientos, manuales y controles que deben mantener en todo momento. La ventaja es que es fácil de transmitirlo al personal.
Advierte que en el momento en que se adquiere el compromiso de abrir uno o más restaurantes, no se pueden cambiar los conceptos porque se debe asegurar que la marca sea lo misma en cualquier país del mundo.
Sin embargo, hay otras corporaciones que sí permiten un mínimo de flexibilidad en mercados específicos.
No podemos hacer variaciones de recetas, pero podemos introducir algunas cosas siempre que exista el visto bueno de la corporación. Un ejemplo es buscar opciones que agraden al mercado nacional, advierte Marco Malé, gerente general del restaurante Outback.
Para muchos dueños de franquicias es necesario ser agresivo en un mercado pequeño y donde reina la competencia.
Akil Alí, presidente de la cadena de restaurantes 2×1 Pizza, manifiesta que cuando inició operaciones en Costa Rica era un poco más fácil pues ahora hay más competidores.
Cuando llegamos el único que vendía pizza era Pizza Hut, aunque estaban otros no lo hacían con fuerza. Sin embargo, ahora las cosas variaron porque todos tratan de ganar más participación de mercado.
Manifiesta que para mantenerse hay que tener volumen, pero ante todo, tratar de ser competitivo siempre con un buen producto y con un precio accesible para todas las clases.
Experiencia
Huberth Ulloa, presidente de Sistemas Integrados en Computación y quien tiene amplia experiencia en el área de franquicias, apunta que en las grandes cadenas tienen políticas muy fuertes en cuanto a la forma en que deben estar diseñados los restaurantes, las características de calidad que deben guardar y no se puede ofrecer un producto nuevo sin la autorización del ente rector.
Cuando se quiere crear un producto nuevo hay que solicitar la autorización y en algunos casos hasta enviar los ingredientes y formulaciones de la receta para que sean evaluados.
Agrega que los altos ejecutivos de los restaurantes reciben un entrenamiento sumamente especial para tener una visión amplia con los objetivos y lineamientos de la cadena.
Mantener una franquicia no es sencillo, pues muchas veces la casa matriz pide una cantidad de restaurantes mínimos que el propietario debe abrir por año y con más razón si existe algún tipo de competencia.
En el país, como dificultades que se les pueden presentar a los operarios de franquicias además del desembolso económico que se tiene que hacer, están las políticas tributarias que son más fuertes que en otros países.
A veces los impuestos de importación de productos son un poco más altos con respecto a otros territorios, sin dejar de lado los impuestos de ventas y las cargas sociales que también son mayores.
Señala que en el área de restaurantes hay mucha competencia y la mejor arma para hacerle frente es la calidad de todos los servicios, así como de los productos.
