Desde 1985, la historia del tueste y consumo de mejor café en Costa Rica cambió para siempre. Fue en esa época cuando don Steve Aronson fundó Café Britt como tostador de grano gourmet. La empresa que revolucionó la manera de tostar y tomar, en nuestro país, una de las bebidas de mayor demanda en el mundo: el café.
Empujado por los mismos importadores del grano, que no disfrutaban de una buena taza de café en su estadía en Costa Rica, don Steve fundamentó una compañía que ha liderado un cambio extraordinario en la industria cafetalera de Costa Rica, al tostar y reservar excelentes granos para el consumo local, que hasta entonces se exportaba. Café Britt empezó desde afuera hacia adentro, con el turismo, pues convencer al tico que había que pagar más por un mejor café, no era tarea fácil.
Es por su incansable visión creativa, impulso emprendedor y extender su éxito a toda la agrocadena cafetalera costarricense, que el Sector Cafetalero nacional le confiere a don Steve Aronson la Medalla al Mérito Cafetalero, 2016, galardón que se otorga todos los años a una persona física o jurídica que ha aportado grandes beneficios a la industria del café costarricense en el cultivo, Beneficiado, tueste y exportación del grano.
Inquieto estratega y obsesionado por la calidad, señala que su negocio se concentró en los nichos que los tostadores tradicionales no abastecían: los hoteles pequeños y de lujo; las sucursales de los supermercados cerca del Hotel Cariari; en Guanacaste y en Puerto viejo, Limón. “Yo solo quería estar en Yahoan, en San José 2000 y Muñoz y Nanne, nada más. También en el aeropuerto, en Poás y en el Teatro Nacional. En vez de enfrentarnos a los tostadores establecidos, pusimos todo nuestro esfuerzo en otros lugares y consumidores”.
Nació en Bronx, Nueva York. Vino a Costa Rica en 1973 como comprador de café para la empresa estadounidense Lonray y, a parte de un año sabático que tomó en San Francisco, California, fijó para siempre su residencia en la calle del Tanque 90 en Getsemaní de Heredia, en una casita de campo, guarida de trabajo y espacio para compartir con sus colegas del Sector café de Costa Rica.
Recibe la Medalla con orgullo:
‘’Es muy positivo. Es una celebración a la creatividad. Es una confirmación de que el Sector, por años extremadamente conservador y cerrado, se abrió al mundo, se abrió a una cantidad de nuevas ideas. Costa Rica es reconocida como un país que tiene mucha creatividad en su mercadeo de café y el mundo nos mira. Si yo he podido contribuir en esto y si me están honrando, bienvenido: es al país al que están honrando. Es una confirmación de lo que es el cambio y la adaptación que el país ha hecho a las nuevas realidades’’.
Como uno de los proyectos más exitosos, menciona el haber ligado el café con el turismo por medio del Coffee Tour, que ha atendido, desde en 1991, a más de un millón de visitantes con información amena y teatralizada sobre todo el proceso del café: desde el grano hasta la exquisita bebida. Además, haberle vendido café, en sus diferentes presentaciones, a los turistas en la sede de Café Britt, en Barrio Mercedes de Heredia y en sitios de venta de artesanías.
‘’Logramos hacer contacto con el mundo. Exportamos el nombre de Costa Rica. Antes de la Internet, enviábamos el café por correo. Empezamos con un concepto muy básico, muy sencillo: agregar valor al tostar y empacar el café en origen. Lo ponemos en una bolsa con nitrógeno que lo puede conservar durante un año y así se garantiza mucho más la frescura’’, explicó el señor Aronson.
Su mensaje para el Sector Cafetalero nacional es que Costa Rica está en una máquina del tiempo y que tiene la oportunidad de mirar hacia afuera para ver qué hacer aquí mañana. Afirmó que la máquina del tiempo está en San Francisco, en Nueva York, en Singapur, en Japón, en Corea, en Londres y que se puede ver el mañana, si se viaja. ‘’La cultura de café de Singapur es fascinante’’.
Don Steve también ha fundado varias empresas: la exportadora Emperador, su primer trabajo como local, con don Guido Von Schroter (qDdg), su profesor en Costa Rica, y don Mario Mora Valverde; luego Granex y, finalmente, Espresivo, su proyecto actual de teatro – café que identifica como ‘’de la tercera ola’’ que lo mantiene muy ocupado; además de los colegios en compañía de su esposa Anne Larmann.
Desde noviembre de 2009 dejó de trabajar en Café Britt, que ahora lo dirigen sus hijos Felipe, Presidente de la Junta Directiva y de la Compañía y Benjamín, a cargo de Operaciones.
Está casado con doña Anne y, aparte de sus hijos mencionados, es padre de Marie, Katherine y Jeremy. Disfruta de sus trece nietos y pronto de dos que vienen en los próximos días.
