El trajín diario, mezclado con una alimentación poco saludable, produce que las personas descuiden su salud. Con el afán de hacerle frente a esta situación, nace la asociación ecogastronómica Slow Food.
Sin ánimo de lucro, esta sociedad surge en 1986 en tierras italianas y hoy cuenta con al menos 80.000 miembros en diferentes partes del mundo.
Su principal objetivo es impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, para lo que desarrollan programas de educación alimenticia y actúan en favor de la biodiversidad de cada país miembro.
En Costa Rica algunos restaurantes pertenecen a esta filosofía, como lo es Bacchus, ubicado en Santa Ana, cuyo propietario es el presidente de la asociación que impulsó esta tendencia en el país, la idea es generar crítica para sensibilizar a la población sobre el ritmo de vida que llevan, comentó Piero Schettino.
Sin embargo, en el país la filosofía ecogastronómica se encuentra aún en pañales. Schettino afirmó que tuvieron algunos contra tiempos con el envío de las membresías desde Italia, por lo que actualmente la organización se encuentra congelada, pero quien desee más detalles, puede contactarse directamente con él al teléfono 2282-5441 o con Slow Food a través de su página web:
www.slowfood.com
Apetito 64/ Junio-Julio 2008