Está claro que el tipo de cambio no volverá a ¢500 por dólar y que el nuevo gobierno del PAC hará las cosas distintas desde el Banco Central. ¿Cómo pueden estos cambios afectar al Sector Turismo? El tipo de cambio es quizás el más controvertido en una sociedad. Hay quienes lo quieren ver subir y otros bajar, todo depende de la actividad económica en la que se encuentre y la estructura de ingresos y costos, ya sea en dólares o en colones. Y luego de décadas de vivir entre gobierno del PLN o el PUSC, finalmente le tocó el turno a un partido político relativamente nuevo, que promete cambios y que levanta pasiones, como hace tiempo no lo hacía ningún otro. Todos estamos a la espera del inicio de una nueva era que ojalá, venga repleta de avances y buenas noticias para los costarricenses, pues últimamente, para nadie es un secreto, nuestra competitividad como país ha venido en descenso. En principio, el sector turismo, es una de esas actividades que tienen la mirada fija en la política monetaria, que dictará el comportamiento del tipo de cambio y el valor al que serán cambiados los dólares que traen los turistas. El dólar importa…y mucho Durante la semana del 22 al 25 de abril, la Revista Apetito se dio a la tarea de entrevistar a 30 profesionales de hoteles y restaurantes. Un 83% de ellos, dijeron que frecuentemente utilizan o cambian dólares. Probablemente, muchos de estos empresarios, cuando hace ya varios meses el tipo de cambio se despegó del “piso de la banda cambiaria” y empezó a oscilar mucho más de lo que nos tenía acostumbrados, tuvieron que ajustar sus expectativas y asumir pérdidas o ganancias por diferencial cambiario. Tal como lo explicaron en el pasado foro sobre Tipo de Cambio, organizado por Ecoanálisis, la actual Junta Directiva del Banco Central, próxima a ser modificada con el traspaso de gobierno, está tratando de persuadir a los nuevos jerarcas de dejar las cosas como están: no es necesario cambiar las características de las bandas ni las reglas de intervención. También parecen creer que nuevamente estamos cerca de un tipo de cambio de equilibrio: ¢550 por dólar. ¿Cuáles serán las nuevas reglas del juego? Para responder a esta pregunta, es necesario conocer un poco a Olivier Castro, nueva cabeza del Banco Central durante los próximos cuatro años. Lo primero, decir que ha sido funcionario de este Banco durante muchos años, por lo que no llegará a aprender. Sus primeras declaraciones revelaron su deseo de evitar oscilaciones violentas del tipo de cambio. Y ¿cómo lo hará? “puede ser subir el piso, bajar el techo de la banda, o las dos cosas”, fue su respuesta. Ante la pregunta de : ¿está usted de acuerdo en que el Banco Central disminuya la volatilidad (cambios bruscos) en el tipo de cambio? La respuesta que nos dieron los 30 ejecutivos del sector de hoteles y restaurantes, fue un contundente: NO Y es que, ¿cuánto del riesgo cambiario lo deben asumir las personas, y cuánto debe ayudar el BCCR a reducir volatilidad? Otro punto de controversia, en las primeras entrevistas de Castro, ha sido su declarada intención de eliminar a los participantes pequeños (agentes que cambian $1,000 ó $3,000) del Monex (El Mercado de Monedas Extranjeras). Esta plataforma del Banco Central permite a pequeños empresarios cambiar dólares por colones, o viceversa, a un mejor precio de lo que ofrece cualquier banco comercial. En este sentido, se trata de la eliminación de una poderosa herramienta que puede afectar el desempeño de cualquier empresa, y en el que su negocio implica recibir y gastar dinero, en ambas monedas, como el caso de un hotel. Sin embargo, es probable que en este sentido no encuentre gran oposición, pues desgraciadamente, no muchos conocen los beneficios del Monex. De los 30 entrevistados por Apetito, sólo uno dijo utilizar el Monex para cambiar sus dólares o colones, los demás, lo hacen en bancos comerciales. Sin duda, el resto del 2014 y en general el futuro del sector turismo, se vislumbra repleto de retos, tanto aquellos relacionados con la evolución del tipo de cambio, como con la competitividad general del país: red vial, telecomunicaciones, tramitología y muchos otros aspectos que aunque no son definitivos, sí tienen una fuerte influencia sobre el crecimiento de las empresas de nuestro país.
