Su decisión fue tajante, pues cuando puso un pie en la cocina por primera vez sabía que este trabajo era el que más le gustaba en el sector de hotelería.
Un poco modesto dice ser cocinero de clase 1, sin embargo, en su cocina él es el experto en comida criolla. Rodolfo Gutiérrez inició su formación en un hotel en Playa Ocotal, en Guanacaste, provincia que lo vio nacer y donde dio los primeros pasos en su profesión.
Sin grandes estudios formales, comenta que no quería trabajar en los hoteles, pero como esa es parte importante de la oferta de empleo de la zona, era difícil negarse.
Fue así como un chef le ofreció empleo en Ocotal y accedió. Cuenta que desde un principio le puso mucho empeño a la cocina y fue por eso que le dieron la oportunidad de ascender. Pero me pusieron tres meses de prueba. Si no los pasaba tenía que irme, comenta. Esos tres meses fueron suficientes para demostrar sus dotes en la cocina y sobre todo en los platillos criollos. Luego trabajó en algunos restaurantes en Playas del Coco.
Formación diaria
Cuando se está comenzando, el éxito está en tomar los regaños para mejorar, argumenta este Chef. Y es que el deseo de superación lo hizo poner cada vez más atención a los platillos y su preparación, mejorando cada vez que le hacían alguna observación a su labor. Poco a poco y siempre en la búsqueda de mejorar sus creaciones, se convirtió en un especialista de la comida de la zona guanacasteca.
Ahora él mismo estimula a los que están bajo su tutela, motivándolos para que pregunten lo que no saben y que además sugieran cómo mejorar los procedimientos de cocina. Su lema es todos somos un solo equipo y como tal, cree en el crecimiento personal para el bien de todos los que le rodean. Además considera que dar confianza a los asistentes es parte de la clave para que sus creaciones salgan a la perfección, como el Arroz Chapernal, exclusivo de su cocina, que incluye carne de res, pollo, jamón, tocino, chile dulce y cebolla, entre otros.
Por otro lado, a través del tiempo se ha dado cuenta que el secreto de una buena comida criolla es saberle dar el punto de sal exacto, ni más, ni menos y cocinar con muchos olores, en este caso, propios de Guanacaste, como el culantro coyote que es el que le da el toque especial a las comidas.
Y en cuanto a los postres, como el arroz con leche hay que cocinarlos a fuego lento, con calma y paciencia, moviéndolo siempre para que se tome de un buen sabor sin que se queme.
Rodolfo tiene muchos planes de crecimiento y siempre está en la búsqueda de mejorar su cocina.
Arroz con leche guanacasteco
2 tazas de arroz
3 cartones de leche
½ kilo de azúcar
1 lata de leche condensada
½ lata de leche evaporada
canela en astilla al gusto
pasas
Reviente el arroz en un recipiente grande a fuego lento, dando vuelta constantemente. El arroz se debe reventar en leche, la cual se va agregando poco a poco para que vaya creciendo.
Agregue la canela desde el inicio de la preparación.
Cuando ya está creciendo y se ve esponjoso, se agrega el azúcar y la leche evaporada y se debe dejar hasta que esté bien reventado.
Cuando ya reventó se le agrega la leche condensada, que es la que le terminará de dar el toque de azúcar perfecto y una consistencia espesita.
Por último, y si es del gusto de la persona, se le pueden agregar pasas. Esto cuando ya se bajó del fuego, pues si se ponen antes tienden a ponerse amargas y podría tomar un mal sabor.
Recuerde que la ciencia es cocinarlo a fuego muy lento, para lograr la consistencia y sabor perfectos.