Obra del padre Ángel, quien al ver una fila de doscientas personas esperando por un bocadillo en la carne dijo: “Esto no puede ser”. “Que pase esto en el siglo XXI es indigno”.
100 personas sentadas en mesas con manteles de tela y cubiertos. Sin filas y sin pasar frio El restaurante además de ser para personas sin techo, lo es para aquellas en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Aunque este local no va a ser el único que se abra. La idea de Mensajeros de la Paz, la ONG que preside este sacerdote de 79 años y que gestiona este restaurante con el apoyo de la empresa de catering Servicios Hosteleros Marín, es crear una franquicia “para que los pobres puedan sentarse a comer con dignidad”, explicaban ayer entre el bullicio de gente que se congregó. En total, asistieron 20 comensales. Además de personalidades del mundo del espectáculo y la cocina, como la actriz Cayetana Guillén Cuervo o el chef Pepe Rodríguez, de El Bohío.
En lo que respecta a los próximos días, Robin Hood tendrá un sistema mixto: por el día, funcionará como una cafetería normal. Con sus desayunos y sus menús a precio de mercado. Y por la tarde cerrará y se engalanará para dar de cenar —de lunes a domingo y a partir de las siete de la tarde— a personas vulnerables. Con la caja que se haga por el día, se financiarán esas cenas gratuitas. Aunque el menú será el mismo que se sirva a la hora de comer. No habrá diferencias entre ricos y pobres. Y por asumir, se asumen ya hasta las posibles pérdidas. Manuel Serrano, de 50 años, es el encargado del nuevo bar: “Sabemos que tendremos algunas pérdidas. Pero hacemos esto sin ningún ánimo de lucro porque queremos que se sientan aquí como las personas que son”.
Fuente: El Pais.