El Rancho Amalia es un digno representante de la novedosa logística que usan muchos para manejar su negocio.
Este sitio nació como parte de expansión de la finca de don Roberto González y doña Gilma Barrantes. Dicho lugar dedicado al café y la leche ahora es una opción turística de la zona.
El restaurante sólo abre los fines de semana, pues con la caída del café hubo que inventar cómo hacer que el negocio se transformara, y no es para menos, pues la finca tiene varios atractivos en sus 30 hectáreas de terreno, como los senderos que se pueden recorrer en tractor, a caballo o caminando, la hortaliza y un rico bosque natural con montaña incorporada.
Los platillos que ofrecen son los típicos, como el lomo relleno y los gallos de carne. De la cocina se encarga doña Gilma y las cocineras asistentes son mujeres de la misma zona.
El 90% de los visitantes son extranjeros, y según González, el secreto está en el servicio totalmente personalizado y casero, el cuál expresa el calor tico a los comensales quienes siempre quedan con ganas de volver.
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Los tours por senderos es uno de los atractivos del Restaurante Rancho Zarcero.