No se sabe la fecha exacta del primer viaje turístico al espacio, pero lo cierto es que, pese a su elevado precio, de 200 mil dólares el tiquete, ya las agencias de viajes designadas tienen cerca de 500 reservas de clientes para este histórico viaje, que la empresa Virgin Galactic espera realizar a finales de este año.
Este 2012 es el año en el que compañías como Virgin Galactic se han propuesto iniciar los viajes turísticos al espacio, si lo consiguen o no está por ver, pero las agencias de viajes ya están preparadas y tienen una larga lista de clientes.
Sir Richard Branson, dueño y fundador de Virgin Galactic, ha indicado que el primer viaje con turistas a bordo -él y su familia- podría realizarse a finales de 2012 o principios del 2013.
La compañía ha seleccionado un grupo reducido de agencias en el mundo que ofertan estos viajes, como la de Lynda Turley Garrett, presidenta de “Alpine Travel of Saratoga” en California, o la de Bill Rubinsohn, presidente de “Rubinsohn Travel” en Pensilvania, que tienen ya una cartera de clientes deseando experimentar nuevas emociones.
“La fecha del primer vuelo no se ha definido todavía pero cada test ha salido bien y dentro del programa previsto”, indicó Turley, quien señaló que Virgin Galactic “tiene actualmente 475 reservas de clientes de todo el mundo”.
De momento, ya hay toda una infraestructura en el desierto de Nuevo México donde se erige “Spaceport”, un futurista complejo obra del arquitecto Norman Foster, desde el que está previsto que salgan las nave nodriza WhiteKnightTwo (WK2) y las SpaceShipTwo (SS2).
La nave SpaceShipTwo, con el tamaño de un jet privado y capacidad para transportar a seis pasajeros y dos pilotos, realizó con éxito su primer vuelo de pruebas tripulado independiente sobre el desierto de Mojave (California) en octubre de 2010.
Según explicó Turley, hay una serie de asientos reservados para personalidades de distintos países del mundo que viajarán invitados por Virgin Galactic. “Sir Richard quiere que esto va sea un evento realmente global, la primera persona de cada país en el mundo -de EEUU, Canadá, España o Japón”, que viaje al espacio.
El resto de interesados, añadió, pueden comprar un billete para el primer año desde que salga el primer vuelo, por 200.000 dólares o un pasaje para el segundo, previo depósito de 20.000 dólares y abono del resto cuanto el vuelo esté confirmado.
Además, para familias aventureras o grupos de amigos que, aburridos de destinos convencionales en la Tierra, quieran fletar la nave, tendrán un descuento del 10 por ciento.
Pero esta cifra, no sólo incluye el billete, sino tres días de entrenamiento en el aeropuerto espacial en régimen de pensión completa -excluido el viaje desde la ciudad de procedencia del turista- y entrar a formar parte de un exclusivo club.
El vuelo es suborbital, así que no llegan a salir de la órbita terrestre pero podrán experimentar la sensación de ingravidez y hacer algo que sólo unos pocos privilegiados pueden: mirar la Tierra desde la ventanilla.
Está previsto la SpaceShipTwo despegue acoplada de la nave nodriza y asciendan durante 45 minutos hasta los 15 kilómetros de altura donde se desacoplarán. Tras unos segundos de caída, el motor entra en ignición y la nave es propulsada a 4.000 kilómetros por hora y en 90 segundos alcanza los 110 kilómetros de altura.
Los motores se apagan y los viajeros pueden disfrutar de la ingravidez durante unos minutos y observar la tierra antes de abrocharse los cinturones para realizar la reentrada y aterrizar en el “espaciopuerto”.
Entre los que tienen reservado un pasaje hay famosos y empresarios, “pero también hay gente que quiere cumplir su sueño de ir al espacio o ver que la contribución de este programa que pasará a los libros de historia y quieren formar parte de ello”, aseguró Turley.
Tanto Turley como Rubinsohn consideran que de aquí a un plazo máximo de cinco años los billetes bajarán de precio.
“Como todos los nuevos productos, el primero en salir es más caro que los siguientes. Espero que el coste disminuya en dos o tres años”, dijo Rubinsohn.
En opinión de Turley, “los costes de investigación y desarrollo son siempre más altos en un proyecto como este- pero según vayan compensando en unos años, entonces el precio bajará”.
Fuente: Agencia EFE.