Cuatro sitios arqueológicos: Finca 6, Batambal, El Silencio y Grijalba-2, ubicados en el Delta del Diquís, en el cantón de Osa, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La declaración se dio a conocer el 23 de junio en el marco de la XXXVIII sesión del Comité de Patrimonio Mundial, que se realiza en Doha, Catar.
Este año, los países miembros del comité revisaron 40 expedientes de nominación presentados por países de todas las regiones del mundo, todos ellos con características excepcionales.
Para Costa Rica, la declaratoria constituye un gran privilegio, pero también un reto como país. “El Patrimonio cultural y arqueológico de un pueblo es fundamental, no solo porque representa un momento determinado de su historia, sino porque es fundamento innegable de su memoria, un espejo a través del cual podemos mirar la grandeza de nuestro pasado, la inteligencia y valía de quienes nos precedieron e hicieron posible el lugar que ocupamos en esta tierra. Celebro, con profunda alegría y orgullo, este reconocimiento a nuestras culturas precolombinas, que nos dejaron el legado de su grandeza”, mencionó el Presidente de la República, Luis Guillermo Solís.
Sitios precolombinos únicos en el mundo. El informe del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) consideró que la singularidad de los sitios con esferas de piedra del Diquís quedó demostrada a partir del análisis comparativo global. También se valoró en forma positiva su estado de integridad y autenticidad. El conjunto de los sitios constituye, de acuerdo con el criterio de los expertos, una representación adecuada de las sociedades cacicales del Delta del Diquís, así como un testimonio excepcional de las complejas estructuras políticas, sociales y productivas que caracterizaron a las sociedades jerarquizadas precolombinas.
Por su parte, la ministra de Cultura y Juventud, Elizabeth Fonseca celebró la decisión de la UNESCO, de declarar los Asentamientos Cacicales del Delta del Diquís como Patrimonio de la Humanidad. “Constituye realmente un importante reconocimiento, porque hasta el momento habían sido reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, grandes conjuntos monumentales en diferentes partes del mundo, sin embargo, en zonas tropicales donde no había esa enorme arquitectura, nunca se había hecho este reconocimiento”, destacó Fonseca, quien agregó, que esto significa una enorme responsabilidad “para continuar investigando, de generar en la zona una identificación y preservación de ese patrimonio”.
Fonseca además indicó que en una visita reciente a la zona comprobó que los habitantes de Osa, “sienten orgullo por ese patrimonio que les pertenece y que además han sabido defender y cuidar por muchos años, incluso cuando el Estado no tenía presencia en esa zona. Ahora el Museo Nacional de Costa Rica tiene ahí un museo de sitio que vale la pena que los costarricenses conozcan y aprendan a valorar el patrimonio que nos pertenece a todos”, concluyó.
Reto conjunto. En la actualidad el Museo Nacional tiene preparado un Plan de Gestión para los sitios arqueológicos del Delta del Diquís que consiste en un gran reto en el que se estipulan metas específicas que deben cumplirse en diversas áreas tales como: conservación, investigación, gestión cultural, participación comunitaria, infraestructura y administración de los sitios.
Sobre este hito histórico para el país, el director del Museo Nacional, Christian Kandler dijo: “Para lograr una gestión responsable de este excepcional patrimonio, es necesario que se asignen los recursos presupuestarios y humanos para el manejo de los sitios, cumplir la propuesta de desarrollo de senderos y servicios para los visitantes, así como las actividades de divulgación. Un elemento central es que con la Declaratoria, el país asumió ante la humanidad el compromiso de garantizar la conservación de los sitios y las esferas en óptimas condiciones; por lo se deben iniciar las acciones propuestas por los especialistas lo antes posible, pues hay algunas esferas que no están en buenas condiciones”.
Beneficios para la zona. Precisamente la zona sur de nuestro país es una de las áreas que más requiere un desarrollo económico y social; por lo que se espera que la declaratoria traiga beneficios. Sobre eso, el ministro de turismo,Wilhelm von Breymann, declaró: “Con sumo agrado celebramos esta importante noticia para nuestro país, que beneficiará de manera directa a la zona sur, lo cual incidirá en el posicionamiento de esta importante región turística. En el ICT nos hemos dado a la tarea de impulsar este destino, destacando los componentes culturales y naturales tan característicos de este lugar, para reforzar su competitividad dentro del mercado nacional y a su vez ser un canal generador de economía para los habitantes de esta región”.
Involucramiento de la comunidad local. Es importante mencionar que tal como lo estipula la UNESCO, los sitios de Patrimonio Mundial deben ser vistos y considerados como propiedad de todos los habitantes del planeta, en el que la participación de la comunidad juega un papel preponderante.
“Con la inscripción se busca elevar la conciencia de la población local y nacional, y también de la comunidad internacional, sobre la importancia para la humanidad de asegurar la conservación eficaz de estos bienes para el disfrute de las presentes y futuras generaciones”, afirmó Pilar Álvarez-Laso, directora y representante UNESCO-Oficina Multipaís para Centroamérica y México.
Por su parte, la recomendación de ICOMOS para el Estado de Costa Rica -el pasado mes de abril- fue mantener e incrementar en el futuro las medidas orientadas a fomentar el conocimiento, preservación y disfrute de este excepcional patrimonio, de una manera cuidadosa y responsable. Uno de los principales compromisos asumidos por el Estado de Costa Rica es efectuar un estudio de impacto patrimonial, a fin de contar con un desglose detallado de los factores que podrían incidir en forma negativa en el futuro de los cuatro sitios declarados y diseñar estrategias de mitigación.